Si damos por cierta la leyenda, fue el comienzo de un relato de Hemingway, don Ernesto, el que inspiró esta pieza maestra y referente de la pintura realista. El texto en cuestión, Los asesinos, comienza de este modo:
La puerta del restaurante Henry se abrió y entraron dos hombres que se sentaron ante el mostrador.
-¿Qué les sirvo? -preguntó George
-No sé -contestó uno de ellos-. ¿Qué quieres comer, Al?
-No sé -dijo Al-. No sé lo que quiero comer.
Afuera aumentaba la oscuridad. Las luces de la calle se veían por la ventana. Los hombres leían el menú. Nick Adams los miraba desde el otro lado del mostrador. Cuando ellos entraron estaba hablando con George.
Pues debió ser que el artista Edward Hopper andaba leyendo eso mientras observaba un café nocturno (lo que al otro lado del charco llaman diner) del Greenwich Village neoyorquino, cuando le llegó la inspiración para pintar la obra por la que habría de ser recordado: Nighthawks (literalmente "Halcones de la noche"; siendo más coloquiales, "noctámbulos" o "trasnochadores").
La obra, de 1942, refleja una apacible noche en la que tres personas apuran su consumición en uno de esos diner mientras el camarero anda en sus cosas. Eso es todo. Y claro, eso es mucho.
Parece ser que Hopper comenzó a trabajar en la obra poco después del ataque japonés a Pearl Harbor, cuando una gran tristeza y una creciente inquietud comenzó a apoderarse de los estadounidenses. De ahí esa estampa lacónica y fría que refleja la pintura. De hecho, no sería la única vez que este artista reflejaría la vida urbana moderna con connotaciones de vacío y soledad. Y así, el hecho de que no veamos puertas en el bar, ni aperturas en la barra, ni ventanas que puedan abrirse, transmite precisamente esa sensación de estar atrapado.
Pero más allá de ser la creación más famosa de Hopper, Nighthawks es también una de las obras pictóricas más populares y representativas del arte estadounidense del siglo XX. Y de hecho, su influencia sobre otras disciplinas artísticas es asombrosa.
Películas como Dinero caído del cielo, El final de la violencia, Glengarry Glen Ross, Hard Candy, Blade Runner o Rojo oscuro/Rojo profundo muestran de manera más o menos evidente su deuda con este cuadro o su influencia directa.
De igual modo, en materia literaria varios autores se han planteado dar rienda suelta a su imaginación para tratar de dar vida a los cientes de ese diner, como en el poema Nighthawks: después del cuadro de Edward Hopper, de Wolf Wondratschek. En la misma línea, el rockero Tom Waits se inspiró en la obra para crear todo un álbum a partir de ese concepto: Nighthawks at the Diner.
Pero habría que puntualizar que si algo ha logrado esta obra es ser la pieza más "versionada" de la historia del arte. Mira que se han dado "visiones" direferentes de La última cena, de Da Vinci, pero nada como ha ocurrido con ésta. Y si no, echadle un vistazo a esta galería que os dejo.
Hora de cierre.
Y para los que queráis más, aquí tenéis un blog dedicado en exclusiva a presentar versiones de la obra: ¡Toma Hopper!
6 comentarios:
Qué opino : es uno de mis pintores favoritos, donde la soledad de la ciudad se nota mas.
Muy buen blog y mejor post,
sls
gabriel
¡Mi cuadro favoritooooooooo! Eres un crack Javi ^^
es un apintura hermosísima, llena de sensaciones que se transmiten con cada pincelada, y como las verdaderas obras de arte, con mil y una versiones, que te hacen recordar la pintura original.
Gracias por ponerla, es un lujo poder ver pinturas como esas y leer post como este
Un post con gran visión general y como siempre en tus escritos, muy bien contextualizado.
Las versiones son muy variopintas, me voy a quedar con la del CSI, con el muerto sobre la barra y todo.
Interesantísimo artículo, Javi. Me encanta ese cuadro, pero desconocía que hubiera tantas versiones diferentes posteriores. Qué simpática la de la Feria de Abril.
Vaya, me alegro mucho del interés despertado por este tema. Habrá que buscar más curiosidades artísticas por ahí...
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