Tengo pendiente un post sobre la jornada del sábado en la accidentada Feria del Libro del Aljarafe, pero a ver si resuelvo el problema con las fotos y esta tarde o mañana lo dejo listo.
Mientras tanto, aquí tenéis a un valiente, dispuesto a sacar pecho y a enfrentarse a snobs, intelectualoides y "maniáticos" varios (dícese de los que cogen manía a algo o a alguien porque sí, porque son así de raritos), para anunciar, que me ha encantado el nuevo de Raphael, ése de los duetos.
Y me ha gustado no porque sea un incondicional del cantante de Linares, ni mucho menos. Sencillamente se trata de un discazo, un lujo musical que solo es capaz de amasar un artista con cincuenta años en la brecha, el respeto de sus colegas de todas las generaciones y el cariño de medio mundo. En ese medio mundo no meteremos su país, que ya sabemos cómo es esta España, que setenta años después sigue siendo tan injusta como lamentara Machado. Aquí, de gente como Raphael o Julio Iglesias, nos quedamos con sus caricaturas. Pues no, señores, muy mal. Vamos a dejarnos de esas intransigencias infundadas, de esos prejuicios insultantes para la cultura y la inteligencia, y atendamos a la realidad, a los hechos empíricos, los que dejan claro que Raphael, con sus pecados y vurtudes, discos buenos y malos, es uno de los artistas más importantes y destacados de la música en castellano.
Y un buen resumen de esa carrera son las veinte canciones que se presentan en este disco. Ojo, que no es un trabajito de refrito al uso. Ni de coña. Nuevos arreglos, unos músicos alucinantes, y unos compañeros de partida de verdadero lujo: Serrat, Sabina, Alaska, Ana Belén y Víctor Manuel, Miguel Ríos, Miguel Bosé, Paul Anka, Adamo, José Luis Perales, la San Basilio... Además de don Vicente Fernández y la más grande, Rocío Jurado.
Pero si por estar bien, hasta David Bisbal y Alejandro Sanz funcionan acompañando al maestro. Sabina y sus chicos (Varona y De Diego) le han regalado una canción notable que cantan a dúo, 50 años después, y Alaska logra que el veterano pague su pecado por aquella terrible versión de Aquarius acompañándole en una divertida Can't take my eyes off you. Genial.
Todo el disco es un espectáculo musical excelente, un regalo para los oídos y el corazón, pero puestos a destacar lo mejor de lo mejor, subrayaré tres joyas: Cantares, con Serrat; Volver, Volver, con don Vicente Fernández y Como yo te amo, mano a mano con la más grande. Pero, hacedme caso: no os perdáis ninguna.
1 comentario:
Yo es que, vereis, como que no veo yo a Raphael pasando del po po po pom, al ACUARIOOOOOOOSSSSSSSSS!! Y con Juanes, y con Alejandro.. ainss... ya estoy temblando......
Pero enhorabuena a este hombre por seguir en la música, y ser como es, uno de los más conocidos!!
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