lunes, 29 de septiembre de 2008

Fabulosas Jornadas Ábrete Libro

Ha sido un fin de semana estupendo, para el recuerdo. Las I Jornadas Literarias Ábrete Libro me han dado la oportunidad de conocer a un grupo de gente maravillosa, apasionada por el mágico mundo de la literatura, y con la que me he comprometido a conversar mucho más a través de un impagable foro al que animo a todo el mundo a entrar: ¡¡Ábrete, libro!!

Es un punto de encuentro y reunión de lectores para hablar de eso, de libros, con el aliciente de que, cuando menos te lo esperas, puede dejarse caer el autor de la obra en cuestión para comentarte curiosidades o responder preguntas sobre su creación.

Durante estas jornadas, celebradas en la Casa Encendida, se han desarrollado diversas mesas redondas obre temas como la literatura de misterio, histórica o juvenil/infantil (en la que participó un sevidor), además de una especialmente atractiva sobre el mundo editorial, donde participaron desde una autora novel y un agente literario a una editora y un librero.

La organización ha sido impecable, con todo bien pensado, sin faltar cartelitos para reconocer a cada forero ni momentos de diversión como los juegos para la entrega de los regalos.

El punto negativo a mi fin de semana, por poner alguno, fue que, a los libros que me regalaron, tuve que sumar los que compré en un par de librerías. Unos diez o doce en total. Con lo que la maleta de vuelta pesaba lo suyo. ¡Pero todo sea por los libros!

Insisto en que ha sido una gran experiencia. Y tal y como prometí, intentaré ser mucho más asiduo en la participación en ese foro adictivo.

¿Y tú?

viernes, 26 de septiembre de 2008

Entrevista en Diario Druida

Acaba de llegarme el aviso del buen amigo Paco Illán anunciándome que publicaba en su blog, Diario Druida, una entrevista con un servidor hablando de los libros de Rat Pack y Elvis. Eternamente agradecido por todo el apoyo que me brindas. Podéis leer la entrevista aquí.

En unas horas saldré para Madrid, para participar en las Jornadas de Ábrete Libro. Aprovecharé esos días en la capital del Reino para ver a algunos buenos amigos y conocer a otros. Además, me temo que no podré resistirme hacer una visita a la librería Estudio en Escarlata, para comprar unos pastiches holmesianos y unos cuantos títulos de novela negra mexicana.

Hasta mi vuelta

jueves, 25 de septiembre de 2008

Descubriendo a John Fante

Empiezan a llegarme algunas opiniones sobre la novela, y por ahora son positivas. Parece que el estilo, la ambientación, los personajes... van gustando a esos "lectores seleccionados", así que estoy loco de contento. A ver si cuando todos lleguen al final del libro siguen igual de satisfechos.

Vamos hoy con un escritor que se pasó la vida escribiendo de manera ocasional, a quien nadie prestó la más mínima atención, y poco antes de morir, ironías de la vida, fue proclamado el gran precursor del realismo sucio. Empecemos como deben empezar las historias:

Corría 1980 cuando Charles Bukowski disfrutaba de su momento más álgido de popularidad. Tras décadas malviviendo en pensiones y tabernas, el nuevo poeta maldito americano recorría Europa de recital en recital y sus libros se vendían sin problemas a ambos lados del Atlántico. Y una vez logrado ese relativo poder, Bukowski se plantó ante su editor con una exigencia: debía recuperar la obra de John Fante.

Por aquel entonces Fante era un anciano de 69 años al que nadie reconocía por la calle. Había escrito una decena de libros y firmado otros tantos guiones para películas que nadie recordaba, pero Charles Bukowski estaba dispuesto a recuperar su obra. El editor aceptó, y Pregúntale al polvo volvió a las librerías cuarenta y un años después de su primera publicación.


Ante los comentarios de Bukowski sobre cuánto había aprendido leyendo a Fante, la prensa se interesó por el personaje, hijo de emigrantes italianos de procedencia muy humilde, nacido en 1909. Tras su primer libro publicó Espera a la primavera, Bandini (1938) y la colección de historias titulada cortas Dago Red (1940). Retirado de los libros para dedicarse al cine, en 1952 se tomó la licencia de publicar Llenos de vida, despidiéndose de las librerías hasta 1977, cuando vio la luz La hermandad de la uva.

Tras ser reclamado por Bukowski, Fante apenas pudo disfrutar tres años de ese inesperado éxito. Así, si bien en 1982 se publicaba otra entrega de la serie de su alter ego, Arturo Bandini, Sueños de Bunker Hill, en 1983 la muerte le sobrevenía como fruto, entre otras razones, de su abuso del alcohol. Una vez desaparecido, el interés por Fante se acentuó, y sus obras inéditas comenzaron a ver la luz: la selección de historias The Wine of Youth (1985), Un mal año (1985), Camino de Los ángeles (1985) y los relatos de Al oeste de Roma (1986).

En España, Anagrama se está encargando de editar toda la obra de Fante, inédita hasta el momento, y su último lanzamiento, que es lo que viene al caso, ha sido Llenos de vida. Compré el libro en cuanto lo vi en los anaqueles, como suele ocurrirme con cada nuevo título de Fante. ¿Qué le vamos a hacer? Me tiene enganchado. Su manera de describir los personajes, las relaciones establecidas entre ellos...

Ambientada en los Estados Unidos de mediados de los cincuenta, Llenos de vida tiene por protagonista al propio Fante, un escritor que pasa por una buena racha económica gracias a los guiones que escribe para Hollywood. Su mujer, Joyce, se ha quedado embarazada por primera vez y no deja de leer libros religiosos. La pareja está casada por lo civil y ahora ella insiste en que, antes del parto, deben bautizarse y casarse por la iglesia.

Un día, el suelo de la cocina se hunde y Fante decide que podrían ahorrar un dibero si le encarga la reparación a su padre. Así se llega al punto central de la obra, con una deliciosa descripción de personajes de la América profunda, sus ritos religiosos y su férrea defensa de los valores familiares tradicionales.

La obra, en definitiva, es un relato familiar en el que se ponen en evidencia las distintas épocas y clases de padre e hijo, pues es la relación entre ambos y el eterno debate sobre el hijo futuro lo que articula la novela. El texto está salpicado de momentos divertidos, como el viaje en tren, la tensión del ritmo de incremento del taxímetro, o la necesidad de cambiar la chimenea.

Estos mismos personajes, padre e hijo, ya habían aparecido en La hermandad de la uva, una lectura deliciosa en la que Fante se aproximaba por primera vez de manera casi exclusiva a esas relaciones familiares desde la óptica del viejo tradicional y el joven más moderno. En aquella ocasión era el hijo el que iba al pueblo a ver al padre, mientras que en la nueva novela es el anciano el que se mueve en la ciudad.

Suele afirmarse, como decía al principio, que Fante es el precursor más evidente del realismo sucio, siendo el más indicado para ostentar el título de padre de este género literario su mejor pupilo, Charles Bukowski. Tras ellos ya vendrían Raymond Carver, Richard Ford, David Foster Wallace o Lorrie Moore, además de una ingente legión de imitadores infructuosos. Pero, como siempre, nada mejor que echarle una lectura al original.

Sinceramente, os lo recomiendo.

martes, 23 de septiembre de 2008

Ahora sí, se terminó


El domingo por la noche, por fin, terminé la corrección de la novela. ¡Qué sensación tan extraña! Me sentía mucho más ligero, como desprendido de un peso o una responsabilidad, pero al mismo tiempo, con un gran vacío y una mayor inquietud. Hace nueve meses que empecé a trabajar en este proyecto; algo más si contamos el trabajo de documentación previo. Y ahora, todo está listo. Tras un par de revisiones he pasado copia a algunos amigos con buen criterio, y espero ansioso sus comentarios. Tras ellos, probablemente tenga que hacer algunos retoques, correcciones, adaptaciones... Pero no será más que difuminar un poco el maquillaje y resaltar la línea de los ojos. Por lo demás, mi criatura está ya preciosa, vestida de largo y dispuesta a salir a bailar.

Ahora, claro, hay que encontrarle el novio...

viernes, 19 de septiembre de 2008

La cita anual con Woody (y Clint)

Podríamos decir que un año no es un buen año si Clint Eastwood y Woody Allen no estrenan película. Mientras esto siga ocurriendo podemos conservar la esperanza de que aún hay gente en este mundo capaz de hacer grandes obras cinematográficas al margen de la dictadura de la taquilla. Y es que, caballeros capaz de firmar obras maestras como Million Dollar Baby o Match Point -por irme a las más recientes- y divertimentos como Space cowboys o Misterioso asesinato en Manhattan... en fin. Además, no lo olvidemos, sin el apoyo de los grandes estudios con el que cuenta el resto de la charcutería.

Pues eso, que a la espera del estreno en diciembre de la nueva de Eastwood -The Changeling, de la que ya hablan como una nueva pieza genial-, hoy llega a las pantallas Vicky Cristina Barcelona. Ya he visto el trailer y promete. Los colores, el ritmo, los diálogos... Parece que no estará nada mal. Una pena los protagonistas, porque creo que me va a costar disfrutar una trama "woodealiana" con Bardem y la Cruz como cabeza de cartel. Que no tengo nada en contra de ellos, ojo, sencillamente no me encajan en este tipo de papeles. Pero es una opinión muy personal.

Y a falta de haber visto la película, pues vamos a rendirle un pequeño homenaje al maestro Woody recordando algunas de sus reflexiones más interesantes:

Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida.

El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.

Sólo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda no me acuerdo.

El sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír.

El sexo sólo es sucio si se hace bien.

El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas.

En realidad, prefiero la ciencia a la religión. Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire.

La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema.

No le temo a la muerte, pero no me gustaría estar allí cuando suceda.
¿Existe el Infierno? ¿Existe Dios? ¿Resucitaremos después de la muerte? Ah, no olvidemos lo más importante: ¿Habrá mujeres allí?

Claustrofobia y un cadáver; ¡el colmo de un neurótico!

Odio la realidad, pero es en el único sitio donde se puede comer un buen filete.

Mi forma de bromear es decir la verdad. Es la broma más divertida.

No creo en una vida más allá, pero, por si acaso, me he cambiado de ropa interior.

Una película de éxito es aquella que consigue llevar a cabo una idea original.

Para terminar, me quedaría con una que, aunque pueda despertar la sonrisa en su primera lectura, sin duda invita -o debería- a la reflexión al volver a ella: Si Dios existe, espero que tenga una buena excusa.

Todo dicho.

Y cerraremos este homenaje a Woody con una secuencia memorable, la inicial de Manhattan, esa película por la que deberían darle al director neoyorquino un premio Nobel, cualquiera de ellos. Pocas películas condensan en tres minutos la belleza, plasticidad y emoción que contienen estos metros de celuloide.


miércoles, 17 de septiembre de 2008

Lecturas al día: Ciudades en la llanura

Título: Ciudades en la llanura
Autor: Cormac McCarthy
Editorial: DeBolsillo
Año: 2005 (original 1998)
Páginas: 280

¿Comentario de otro libro? Pues sí, lo siento. Estos días de adaptación a la rutina no están siendo lo que se dice fáciles. Para colmo de males he tenido problemas con el disco duro del ordenador y arreglarlo me está robando más horas de las que soporta mi paciencia. Apenas he podido corregir un par de capítulos más de la novela. Pero en fin, de todo se sale.

Pues sí, como digo, ya que tengo la cabeza en mil cosas, se me ocurre seguir comentando libros que he disfrutado este verano. Ciudades en la llanura, de Cormac McCarthy, ha sido uno de ellos. Hacía tiempo que quería lanzarme a sus páginas, desde que me lo regalaron la pasada Navidad junto a las otras dos entregas de la Trilogía de la frontera: Todos los caballos bellos y En la frontera. Los que conocen a fondo la obra de este natural de Providence, Rhode Island, aseguran que es su momento de mayor esplendor (fueron escritas entre 1992 y 1998), antesala de las más populares No es país para viejos y La carretera, con la que ganó el Pulitzer el año pasado.

A McCarthy, todo hay que decirlo, lo conocía y apreciaba desde mucho antes que los Coen lo presentasen al gran público de manos de su laureada adaptación cinematográfica. Años atrás le regalé a mi abuelo Meridiano de sangre, y el pobre salió espantado de la lectura porque no se parecía en nada al tipo de novela de vaqueros que él prefería, estilo Zane Grey. Tonto de mí, ya. Meridiano de sangre es una obra dura y compleja, tanto en forma como en fondo. Una delicia, vamos.

Esta Ciudades en la llanura no es menos. En ella se reúnen los protagonistas de las novelas anteriores de la trilogía, Billy Parham y John Grady Cole, a los que vemos trabajar en un rancho a mediados de los años cincuenta, moviéndose entre la ciudad de El Paso y su reflejo mexicano, Ciudad Juárez. El primero es el mayor, y acaba ayudando en lo posible a su amigo cuando éste se enamora una prostituta mexicana con la que está decidido a casarse.

El autor se sirve de esos muchachos y sus amigos, y de los viejos que les acompañan, para reflexionar sobre el destino y la historia, la libertad y el papel de Dios en la vida de cada hombre; la culpa y el perdón. Además, como en cada obra de McCarthy, aparece de manera patente el conflicto entre los nuevos y los viejos tiempos. La cita con la que se cierra el libro es una buena muestra de esta inquietud:

Seré el niño que de la mano lleves
Y tú serás yo cuando sea viejo
El mundo se enfría
Se agitan las naciones
Aquí termina la historia
Pasa página.

El estilo de McCarthy es tan seco como el de Jim Thompson, y muy directo, sin guiones para los diálogos, con más puntos que comas; muy reflexivo. Algunas charlas aparentemente banales tienen en el fondo un papel crucial en la historia por las claves que aportan sobre los personajes, lo que le acerca a Hemingway y Faulkner.

Se dice que McCarthy no escribe sobre ningún lugar que no conoce, y que por eso sale con frecuencia de mochilero por Texas, Nuevo México, Arizona, y cruzando la frontera, por Chihuahua, Sonora y Coahila. Sea o no cierto, tiene el talento de evocar paisajes y escenarios sin la tediosa descripción interminable que roba ritmo e interés a muchas novelas.

Dejaré pasar unos libros más y después me lanzaré con La carretera. Creo que me gustará, aunque en ella ya no pueda desayunar en el rancho con Billy y John Grady mientras vemos la salida del sol.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Diez lecciones para un pistolero

Digo yo que no todo van a ser libros, ¿no? Desde luego no lo han sido durante estas vacaciones (cortas, siempre cortas...) mías. También me ha dado por rescatar mi gusto por los spaghetti western y he revisado una docena de los mejores títulos. El gran silencio, Django, Salario para matar, Vamos a matar, compañeros; El halcón y la presa, Cara a Cara, Antes llega la muerte, Adiós, Texas... nadie puede negar que hay títulos que valen ya un potosí. Me encantaría pillar una que es todo un poema: Voy, lo mato y vuelvo. Vamos, no me digas, si eso no es tener arte y cara a martes iguales...

Es indudable que todas las de Leone -con o sin Eastwood- son fantásticas, pero ésas ya me las sé de memoria, así que esta vez les he dado permiso al Hombre sin Nombre, a Harmónica y compañía, y me he quedado con las creaciones de Corbucci, Petroni, Valeri, Sollima y compañía. ¿Que cómo puedo aguantar esas castañas? ¡Mira tú, el fino! ¿Y cómo puedes aguantar tú otras tantas? Soy un convencido que los fundamentalismos en el arte son tan malos como en cualquier otro aspecto de la vida. Personalmente disfruto con un (buen) spaghetti western tanto como un western sin pasta alguna. Igual que me río con la misma intensidad con Chaplin que con Paco Martínez Soria o lloro igual con un drama de Douglas Sirk que con uno de Garci (cuando tiene un buen día).

Bueno, pero a lo que iba. Viendo uno de esos entretenimientos con mucha polvora y mucha mugre rodado en Almería, me he reencontrado una de esas enseñanzas vitales que se te quedan impresas en esa maravillosa memoria de celuloide que por desgracia ejercitamos aún menos que la otra (que ya es decir). La película en cuestión es El día de la ira, y en ella, un pistolero profesional (impagable Lee Van Cleef) imparte a su timorato aprendiz (el siempre apuesto Giuliano Gemma) diez lecciones para convertirse en un pistolero. Ahí les van:

1º Nunca ruegues
2º Nunca te fíes de nadie
3º Nunca te pongas entre un revólver y su blanco
4º Los puñetazos son como las balas: si te da el primero, estás perdido
5º Cuando dispares contra un hombre, mátalo. De lo contrario, antes o después te matará él a ti
6º La bala justa en el justo momento
7º Antes de desatar a un hombre hay que desarmarle
8º Nunca le des a un hombre más balas de las que necesita
9º El que no acepta un desafío, ya lo ha perdido, y de la peor manera
10º Cuando un hombre empieza a matar, ya no puede detenerse

Ruge la platea. Se encienden las luces. Termina la sesión

viernes, 12 de septiembre de 2008

Rat Pack, suma y sigue


Este padre orgulloso no deja de derramar lágrimas por sus hijos. Pasado el verano, puedo decir con gran felicidad que me han llegado comentarios de personas que se han lanzado a la lectura de Elvis. Corazón solitario, con resultados deliciosos, y a través de internet he localizado más reseñas y recomendaciones, todas positivas.

Pero si hay un libro que no deja de darme alegrías, ése es Rat Pack. Viviendo a su manera. Tres años después de su publicación, parece que el boca a boca sigue funcionando, y constantemente veo un blog o un foro cómo alguien que lo ha leído lo recomienda a sus amigos. Y esa pervivencia de la obra, esas cariñosas palabras con el texto, son el mayor orgullo que pede tener un autor.

Qué más se puede pedir, si a eso, además, le sumamos la incansable y desinteresada labor de divulgación que llevan a cabo algunos buenos amigos, como es el caso de Francisco Javier Illán, que ayer me sorprendía con una nueva crítica de la obra en Anika entre libros. ¿Qué te voy a decir, Paco? Pues que aquí tienes a este humilde autor, eternamente agradecido por tu cariño y amabilidad.

Bueno, como estoy contento, vamos a rematar el post con uno de esos vídeos que te mantienen la sonrisa tonta durante un rato. Del programa The Dean Martin Show, uno de sus grandes momentos: Dino y Gene Kelly. Cante, baile y risas. ¿Se puede pedir más?


jueves, 11 de septiembre de 2008

Lecturas al día: Nueve colores sangra la Luna

Título: Nueve colores sangra la Luna
Autor: Carlos Aguilar
Editorial: La Factoría de Ideas
Año: 2005
Páginas: 288

Aquí estamos con otra reseña de los libros leídos durante este mes de silencio. Éste es otro de los títulos que devoré durante mis casi dos semanas en la playa, combinado con un texto mucho más denso de Cormac McCarthy; una de cal y una de arena.

Y es que precisamente Nueve colores sangra la Luna hace honor como obra literaria a esas películas de serie z sobre las que trata. Su autor, el crítico cinematográfico y escritor Carlos Aguilar, rinde tributo en estas páginas al cine de terror-erótico que se hizo en España a finales de los sesenta y bien entrados los setenta, con Jesús Franco y Jacinto Molina a la cabeza (aunque los personajes reales que desfilan por ella sean, entre otros, John Phillip Law y Dan van Husen).

La sinopsis de la obra reza del siguiente modo: "Al inicio de los años setenta desaparece una bella actriz de películas españolas de terror, Isabel Silva. En el Madrid actual, el ya anciano director que realizó sus películas más representativas, Jacobo Blanco, vuelve al cine, para rodar una película como las que hacía entonces. Un crítico infeliz, Eugenio Arbó, que de joven se enamoró de la actriz al verla encarnando una vampira en una película de Blanco, aprovecha el acontecimiento para contactar con el director. Arbó cree que la actriz fue asesinada, y ahora pretende confirmarlo, mientras el rodaje tiene lugar".

Terror y erotismo; policiaco con toque de neurosis. ¿El estilo? Pues muy al uso de aquellas películas, más bien inexistente. Al parecer (según he leído en algún sitio), el propio Aguilar explicó en su día que lo que más le interesaba era la trama, no alcanzar la prosa de Antonio Gala. Y ole sus narices, oye, que ya está bien de que en este país todo el mundo presuma de escribir como un premio Cervantes (aunque después pierdan el culo por ganar el Planetita de marras). Y Aguilar da lo que promete y cumple lo que quiere: entretenimiento más que decente, con muchas sonrisas de nostalgia agazapadas acá y allá en sus evocaciones del cine de aquellos días.

Un libro para pasar el rato, que disfrutarán especialmente los mitómanos cinematográficos y los maquilladores alcoholizados que vivan en una pensión china...

lunes, 8 de septiembre de 2008

Lecturas al día: Norte contra Sur

Título: Norte contra Sur. Historia de la Guerra de Secesión
Autor: Jesús Hernández
Editorial: Inédita
Año: 20068
Páginas: 436

Bueno, a ver si poco a poco puede recuperarse la normalidad en este blog… Y creo que empezaré con el comentario de uno de los libros que he leído este verano. Es un volumen contundente de casi medio millar de páginas que ya tenía en la estantería desde hace bastantes meses. Le había echado un vistazo, incluso leído algunos pasajes, pero quería estar lo suficientemente tranquilo como para degustarlo del tirón.

Y así fue. En cinco días en la playa, liquidado. Y ojo, que con eso no se entienda que se trata de un libro de esas de playa&piscina. En absoluto. Lo que ocurre es que el autor de Norte contra Sur, Jesús Hernández, tiene la habilidad de ponerte al día en toda una señora guerra como fue la de Secesión estadounidense, y que el lector se empape de nombres, fechas y detalles como si de una apasionante novela se tratase. Lejos de ser el típico “tocho” bélico o historicista, la obra de Hernández está salpicada de extractos de memorias de soldados, esposas, generales, esclavos y demás protagonistas del episodio, voces que el autor va dirigiendo batuta en mano mientras las respalda con la refinada orquesta que suponen sus análisis sociológicos y culturales de aquella época y lugar.

Jesús Hernández es un prolífico autor de obras de historia militar y en la mayor parte de ellas ha dejado constancia de ese talento que tiene para contar historias con buena documentación, buen análisis y buena redacción; pero es que, además, es sumamente entretenido. ¿Se puede pedir más? Sí, que publique con un sello como Inédita, que desde el primer día cuida con mimo sus ediciones. Este Norte contra Sur es una buena prueba de ello, en el que no se han escatimado páginas para ofrecer un completo y variado anexo para los que quieran profundizar aún más en la materia.

Una lectura muy recomendable sin distinción de lectores. Aunque tal vez animaría con especial entusiasmo a aquellos que gustan decir cosas del tipo: “Es que estos americanos son…”. Tal vez después de concluir la lectura se den cuenta de las muchas y diversas circunstancias culturales, políticas y sociales que se han dado en aquel país, por las que resulta tan estúpido equiparar a todos los estadounidenses como hacerlo con un señor de Cádiz y otro de Berlín.

Y mañana, más.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Ya estoy de vuelta

Pues eso, que ya estoy aquí. En realidad estoy en casa desde hace algo más de cinco días pero, ¿qué puede hacer uno al volver de la playa si aún le quedan vacaciones? Eso precisamente que estás pensando, ponerse a mover muebles para que la casa de uno parezca la casa de otro. Pero nada, oye, la casa sigue siendo la misma. La que ha cambiado un poco es mi espalda, algo más machacada, pero en fin, c'est la vie.

El caso es que me he encontrado con la alegría de que los chicos de la revista Efe Eme han decidido abrir esta semana con dos colaboraciones de este humilde servidor: una nueva entrega de la serie Canciones con historia y una entrevista al rockero Elliott Murphy. ¿Que no sabes quién es? Mal hecho, entra en su web. Si queréis echarle un vistazo a alguno de los temas, pinchad más abajo en las imágenes.

Por otro lado, también me he topado con un impagable comentario que el amigo Francisco Javier Illán (Paco para unos, Nébulos para otros) ha dedicado al libro de Elvis en su blog La Cólera de Nébulos. Eternamente agradecido, amigo.

A ver, qué más... Por ahora creo que ya está bien. A lo mejor dentro de un rato me animo y cuelgo una cosilla que he apuntado durante estas vacaciones...

Saludos a todos