¿Por qué hablo de esta película? Porque algo me ha animado a escribir un post antes de acostarme, aunque sin saber bien sobre qué. Entonces, ha venido a mi mente esa frase memorable que Marian le dice a su héroe, una de las más hermosas declaraciones de amor que han pasado por cualquier pantalla.
No son sólo las palabras que se dicen, sino como las dice esa Audrey, tan encantadora como siempre, y cómo las recibe ese Sean, tan artúrico a su pesar. Quizás muchos las tachen de cursi o de... cualquiera sabe. ¡Se pueden decir tantas barbaridades cuando la sensibilidad brilla por su ausencia, cuando nunca se ha experimentado aquello de lo que hablamos...!
Y con estas líneas le deseo muy buenas noches a quien caiga por este blog...
Te quiero. Más de lo que puedas pensar. Te quiero más que a la risa de los niños, más que a los campos que he labrado con mis manos. Te quiero más que a la oración de la mañana o a la paz. Te quiero más que al amanecer, más que a la carne y la alegría, más que al nuevo día. Te quiero... más que a Dios.
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