martes, 7 de octubre de 2008

Las lágrimas de Clint

Hoy voy a armarme de valor y hacer algo reservado para los que usan colonia Brumel, aquella cuyo anuncio decía "Para los hombres muy hombres". ¿No era así? Pues eso. Allá voy:

Señoras y señores, me encanta 'Los puentes de Madison'. No sólo me encanta, me emociono cada vez que la veo, lloro sin remisión cada vez que Francesca se aleja junto a su marido mientras ve a Robert Calarse hasta los huesos bajo la lluvia esperando que ella cambie de opinión. Sí, amigos. Esa película de la que miles de hombres salían horrorizados, despotricando tras ver a Harry 'El Sucio', después 'Sargento de hierro', llorando como alma en pena por el amor de una mujer; esa película, digo, se encuentra entre mis favoritas de las dirigidas y protagonizadas por Clint -the master- Eastwood.

Creo que fue una película que marcaba un nuevo rumbo en la trayectoria de Clint Eastwood. En 1992 alcanzaba por fin el pleno reconocimiento artístico como director de la mano de ‘Sin perdón’, con la que volvía por última vez al género que le hizo famoso, el western, para regalarle un epitafio de altura. Es más, creo que queda claro el carácter de "punto y aparte" de esta película en su dedicatoria: A Sergio (Leone) y Don (Siegel), los dos directores que hicieron famoso a Clint con sus películas de "el hombre sin nombre" y Harry Callahan, y probablemente sus principales influencias como realizador junto a John Ford.

A partir de aquella película, mi amigo Clint -sí, ¡qué pasa!- estaba dispuesto a cambiar el rumbo, enfundar el revolver de vaquero y policía y ahondar en los muchos resquicios del alma humana. El resultado fue ‘Los puentes de Madison’, una conmovedora historia que, de sencilla, fue tachada incluso de bobalicona por algunos críticos miopes -pero, ¿hay alguno que no lo sea?.

La cinta cuenta la historia de Robert Kincaid, un fotógrafo que viaja alrededor del mundo trabajando para la revista National Geographic, y Francesca Johnson, un ama de casa de Iowa. Ambos están en un momento en el que ilusiones y expectativas sólo tienen cabida en los cuentos. Pero cuatro días después de haberse conocido, viven un apasionado amor que no querrían dejar escapar jamás. Meryl Streep fue nominada al Oscar por su memorable encarnación de la sacrificada Francesca, y Eastwood no merecía menos por su retrato del fotógrafo bohemio. 


La historia está basada en el arrebatador best seller de Robert James Waller, un autor que, sin ser brillante, sí que cuenta con algunos títulos destacable; mi preferido, junto a 'Los puentes', es 'Aires de la frontera'. Con la historia de Waller, Eastwood se rodeó de su equipo habitual y parece que les dijo "Chicos, quiero lo mejor de cada uno de vosotros". Y vaya si se lo dieron. La fotografía (¡qué colores!), la música (impagable, inolvidable, irrepetible...), las localizaciones, la producción, el vestuario... ¡Qué se yo!

Denostar esta película por su carácter romántico, por su irresistible ternura, es tan absurdo como renegar de 'La diligencia' o 'Centauros del desierto' porque son westerns. Una verdadera lástima.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Maravillosa reseña amigo.

También yo me dejé llevar por esta romántica historia protagonizada por la perenne nominada [y ganadora] de los Oscars, y el duro más duro entre los duros, el polifacético Clint "Leñoseco" ^^

Hace unos meses escribí mis sensaciones tras ver "Sin perdón". Aquí tienes la dirección.

http://lapaginawebdemrx.blogspot.com/2008/08/sin-perdn.html

¡Abrazos!

P.D.: Ya me firmarás algún día mi libro de "Rat Pack" ¿ok? Eso sí, ya te puedes ir currando la dedicatoria que sino te lo tiro a la cabeza ^^

Javier Márquez Sánchez dijo...

Jajaja... Será un placer firmarte ese libro, y más aún escuchar lo que tengas que decir sobre él una vez que lo leas.

Una buena crítica esa que me adjuntas sobre 'Sin Perdón'. ya he dejado ahí mi opinión.

Un placer tenerte por aquí...

François de Fronsac dijo...

Hola.

Yo conocí primero la novela, y te aseguro que a partir de unas diez páginas, ya casi estaba con la lágrima suelta y el moco juguetón. Me costó muchísimo terminarlo, por que era una novela muy especial.
Para la película me preparé un buen paquete de pañuelos de papel.

Saludos.