Pasó la página y siguió leyendo. Leía sobre los viejos tiempos, los buenos tiempos, los últimos tiempos; cuando el hombre alcanzó su máximo grado de desarrollo tecnológico, cuando los libros en papel desaparecieron contra todo pronóstico y cada aspecto de la vida cotidiana quedó digitalizado e informatizado. Leyó entonces sobre la Tercera Guerra Mundial, y sobre cómo se cumplió la profecía de uno de los grandes sabios del viejo siglo XX. Ahora, los hombres luchaban con piedras. Todo volvía a empezar. Por eso se alegraba tanto de haber conservado, a pesar de las burlas, aquel tosco y sencillo libro de papel.
viernes, 29 de mayo de 2009
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7 comentarios:
Chapó!
EHIII COMPADRE, RESPIRA Y NO SEAS CANIJO, QUE NOS ESPERA UNA BUENA MACHACA EN EL RANCHO; LA NETA, ME ALEGRO UN CHINGO DE QUE POR FIN EL PUNTO FINAL HALLA LLEGADO A TUS CUARTILLAS; PERO NO LA FRIEGUES MAS, MORRO, Y PIENSA TAMBIEN EN TU CUATE. SALUDA A LA COMADRE; ESPERO NOTICIAS. T H SONORA
Siempre he considerado que escribir relatos cortos es más difícil que desarrollar una narración más extensa. Condensar tanto en tan poco requiere maestría con las palabras.
Un saludo
Me alegro de que te haya gustado, Kinezoe.
Anónimo, qué gusto leerlo por acá. Nomás acabo una temita que traigo de viejo y me pongo con lo suyo. Me voy a romper la madre para tenérselo lustroso para ya mesmo. Un abrazo bien gordote.
Y que lo digas, Laura, una maestría de la que ya me gustaría gozar... Para buenos micro-relatos, pásate por http://www.cuentosminimos.com/
Este es de los que a mí me gustan. Fíjate, lo siento casi mio. Sin embargo, es difícil conectar con el público general con un microrrelato como este, no sé por qué. A mí me ha encantado.
Oh, me gusta me gusta Javi.
Me alegro de que os guste, amigos
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