martes, 12 de mayo de 2009

Cuidado, Bud ha vuelto y está cabreado

Tal y como señala mi buen amigo Mr. X en su blog, si decimos Carlo Pedersoli, la gente sigue a lo suyo, demasiado preocupada por hacer como que trabaja mientras piensa en cuánto más debería estar cobrando por estar ahí sentado trabajando. Ah, pero si decimos Bud Spencer, la cosa cambia, ¿verdad? ¡Y tanto! cambia a guantazo limpio...

Pues resulta que los creativos de Bancaja -chapó, señores- han decidido fichar a este actor para su nuevo spot publicitario. El hombre va a sacar dinero y no funciona el cajero. Y claro, se cabrea. Y cuando Bud se cabrea, ya se sabe, reparte a diestro y siniestro. A sus 79 años, el artista italiano ha disfrutado de lo lindo volviendo a repartir guantazos aquí y allá, y al parecer, los especialistas se han mostrado igual de felices de poder incluir en su currículum que han sido abofeteados por el legendario Bud Spencer.



¿Habré visto yo películas de Bud Spencer y Terence Hill? Pues todas, y algunas más de dos y tres veces. Par impar, Quien tiene un amigo tiene un tesoro, Dos misioneros, Dos superpolicías, Estoy con los hipopótamos... Hoy día vemos esas películas y sonreímos con suficiencia pensando: "tiene gracia, pero qué cutre". Pues no nos demos tantos aires, porque aquí los amigos fueron renovadores absolutos de la comedia en una época, los años setenta, en que el género parecía estancado.

Jerry Lewis había establecido las nuevas reglas de la carcajada cinematográfica a comienzos de la década anterior y Blake Edwards las redefinió cuando los sesenta tocaban a su fin. Pero eran otros tiempos, y esas comedias sofisticadas e inteligentes no terminaban de funcionar con la nueva generación que crecía al calor de las manifestaciones contra Vietnam, la lucha contra las dictaduras y las consecuencias de la crisis económica. Y en eso llegaron Bud Spencer y Terence Hill y recuperaron el slapstick (comedia que implica exageración de la violencia física) de Buster Keaton, Charles Chaplin y Lauren & Hardy. ¿Que exagero? Pues la cosa funcionó a las mil maravillas. En su día se hicieron de oro y hoy, si te pilla una de esas pelis después de la siesta mientras apuras el café, ¿a que prefieres reírte con sus mamporros que aguantar la "historia basada en hechos reales" de otras cadenas? Pues calla y sigue leyendo.

Carlo Pedersoli y Mario Girotti, que así se llamaban Bud y Terence en realidad, coincidieron por primera vez en el western italiano Tu perdonas... yo no. Era una cinta seria, donde repartían leña pero muy al uso. Los mamporros, guantazos y demás cachiporrazos no llegarían hasta que en 1970 protagonizaron Le llamaban Trinidad. Y con ella se lió el taco. La pareja se sumaba a la todavía vigente moda del spaghetti western pero recurriendo a una innovadora perspectiva cómica. Y la fórmula triunfó.

Oye, que es que los chavales no eran tan brutos como representaban en pantalla. Carlo, Bud para nosotros, tiene estudios de Química, habla seis idiomas y es licenciado en Derecho. Además, en su juventud fue durante diez años campeón de natación de Italia en los cien metros libres y representó a su país en los Juegos Olímpicos de Helsinki (1952) y Melbourne (1956) en natación y waterpolo. Quién lo diría viéndolo luego con esa barba y esa tripa, ¿verdad?

Pero volviendo a las películas, de todas ellas, me quedo con Y si no... nos enfadamos, otro de esos títulos que me devuelve sin remedio a mi infancia y a las tardes de cine en la salita de casa de mis abuelos. Al dedillo me sé yo los diálogos de esta película, de 1973, amén de su memorable banda sonora, la apuesta de las cervezas y salchichas, cada golpe propinado en la legendaria pelea en el gimnasio... Seguro que la mayoría la habéis visto. Es ésa en la que la pareja gana un coche de carreras rojo de capota amarilla y unos mafiosos se lo destrozan. "¡Queremos que nos devolváis nuestro cochecito!"...

Total, que con el anuncio de Bancaja me he reído y me he puesto nostálgico. Y digo yo que para eso es esto del blog, ¿no?

Aquí os dejo la famosa cancioncilla de Y si no... nos enfadamos, con el mítico balbuceo de Bud...


...y la desternillante pelea en el gimnasio con el no menos popular tema Dune buggy.

2 comentarios:

François de Fronsac dijo...

¡Qué buenos recuerdos!
El otro día volví a ver Y si no, nos enfadamos. Y no la cambio.

Claro que, en este anuncio de Bancaja, Bud ya no es aquel Bud. Los años...

Kinezoe dijo...

Pues sí, a mi también me trae recuerdos esta curiosa pareja. ¿Habrá repartido mamporros y bofetadas Bud Spencer...? Jejeje... Algo tendrían estas comedias cuando tanta gente las disfrutó... En mi caso también están ligadas a mi infancia.

Saludos.