viernes, 22 de mayo de 2009

Luz verde (perdón) a los lagartos

Feliz y contento luzco desde ayer tras leer por ahí la noticia que llevaba tiempo esperando. La cadena de televisión estadounidense ABC ha dado luz verde a la puesta al día de la serie V. Bueno, de momento ha dado su visto bueno al episodio piloto, y según vayan las cosas así se plantearán el futuro. Crucemos los dedos por tanto para que los resultados, en todos los sentidos, sean mejores que los obtenidos por la nueva generación de El coche fantástico, que no vale un colín, y así le va.

La adaptación correrá a cargo Scott Peters, uno de los creadores de la serie de ciencia ficción Los 4.400, y en lugar de un Mike Donovan de pelo en pecho como protagonista, la nueva serie tendrá a una tal Erica Evans, que no será reportera, sino agente de seguridad (aunque también habrá un periodista por ahí). Estos dos datos, guionista y cambio de rol principal, me dan mala espina, y me hacen temblar ante la idea de que puedan darle un revolcón tan contundente a la serie como ya hicieran como Galactica, otra producción de la misma época.

Eso se sabrá fácilmente. Si el piloto tiene éxito, y se plantean V como una serie larga, recoge el chiringuito y vámonos a otra playa, porque el invento no va a funcionar. Esa historia está llamada a ser corta, al grano. Y para muestra, lo ocurrido con la original.

Como ya sabréis la mayoría, y para los que no, aquí estoy yo, V se planteó como una miniserie, con cuatro capítulos de 45 minutos de duración cada uno, cuya primera parte se rodó en 1983. Como la cosa funcionó, en 1984 se rodó V. La Batalla Final, con tres capítulos de dos horas de duración cada uno. A la audiencia le siguió gustando, y los de la cadena de televisión dijeron entonces eso tan gracioso de: "Manolo, tira pa'lante". Y Manolo tiró lo que pudo de una historia que había quedado redonda como estaba y que, en los 19 capítulos siguientes, no hizo más que estirarse, expandirse y quedar aplastada como un chicle.

Como ya comentaba en una entrada meses atrás, el estreno en V España, allá por 1984, causó tal sensación que hasta el humorista Pepe DaRosa le dedicó una de sus agudas coplillas: Los lagartos de la tele. Veinticinco años después, convertida en leña de candela ‘frikie’, la serie se sigue disfrutando con la mirada ingenua de la infancia, sin dejar que nos afecte el hecho de que mala, lo es de categoría. Debido al precario presupuesto, se emplearon una y otra vez los mismos planos de las naves espaciales estrellándose, sobrevolando la ciudad o, sobre todo, saliendo de la nave nodriza. Además, resulta gracioso ver cómo, a pesar de lo nutrida de botones que está la consola de dicha nave, el lagarto de turno pulsa siempre los mismos botones sea para lo que sea. Eso sin contar con cómo Mike Donovan entraba y salía de esa nave como Pedro por su casa. Pero, ¿no son esos detalles los que dan un encanto especial a estas series míticas?

Eso sí, el contenido implícito de la serie, el mensaje oculto bajo la piel de lagarto, no hay galgo que se lo salte. Entre discursos de aquel cura que siempre metía la pata, el anciano rebelde con un nieto empeñado en lucir uniforme de los visitantes y la madre del protagonista, más traicionera que Angela Chaning con jaqueca, unos cuantos nos empapamos de un asunto que, ya mayorcitos, nos ayudaría a emocionarnos como Dios manda viendo Casablanca. Y es que al parecer, la idea inicial de Kenneth Johnson (responsable del asunto) era hacer una miniserie contando el sacrificio de un grupo de la Resistencia francesa durante la ocupación nazi. Pero en la cadena de televisión le dijeron que el americano medio no estaba para dramas europeos., y Johnson, muy listo él, se las dio de trilero y cambió los años cuarenta por los ochenta, los nazis por unos extraterrestres, los gabachos por los yanquis, y aquí paz y después gloria. Vale que la cosa degeneró un poco, sobre todo en la tercera temporada, pero la idea era la que era.

Pues nada, esperaremos a ver qué ocurre con esta nueva versión de V, cuyo estreno está previsto para comienzos 2010. A pesar de los comentarios anteriores, las imágenes que he visto no tienen nada de mala pinta. Se ve que la inversión ha sido bastante más generosa que 25 años atrás, y la nueva Diana —una lagartona más que una lagarta-, Morena Baccarin, pues... pues eso, la nueva Diana. Aquí os dejo dos promos distintas que se han hecho públicas hasta ahora.





Señores de la ABC, sean ustedes buenos con los treinteañeros que hemos crecido encariñados con esta serie. Seguir estándolo tras tantos años, a la vista de aquellas gafas a lo Niña de la Puebla, aquellos uniformes con aires de butanero o aquellos cardados de las extraterrestres... digo yo que nos merecemos tener una nueva V a la altura, como mínimo, de su predecesora. Por lo menos, en lo que a encanto y nostalgia frikie se refiere.

3 comentarios:

Arwen Anne dijo...

Yo adoraba V, y la antigua serie El coche fantástico también, pero la nueva no me agrada mucho la verdad, pero vaya, esto de series antiguas me ha traido al recuerdo al Equipo A, Macgyver... El Virginiano, Bonanza... Los ángeles de Charlie, Colombo... Se ha escrito un crimen... Los hombres de Harrelson... El hombre de los seis millones de dólares... La mujer policía... ahora mismo no recuerdo más...Star trek...

besos

Kinezoe dijo...

Me temo que va a ser imposible que esto me vuelva a emocionar como lo hizo la serie original en su día. Le cogí cariño a aquellos personajes... Pero en fin, ya veremos. Se han visto tráilers peores ;)

Saludos!

François de Fronsac dijo...

No sé si ahora tendrá aquel aroma grisáceo que le recuerdo. Entonces el mundo era joven, aún quedaban cosas por descubrir, pero ahora, no sé, que veo el futuro como menos esperanzador para que aparezcan por aquí lagartos y lagartas...