Pedazo de disco el que aterrizará la semana que viene, el martes 25 para ser exactos, del señor Tom Jones. Es asombroso comprobar cómo el paso de los años no le ha robado ni un ápice de energía a este galés, que sigue haciendo gala de un torrente de voz y una garra al cantar con la potencia de un tren de mercancías.
El minero de sonrisa cautivadora está de vuelta con un álbum íntimo y tan apasionado como lo fue siempre el propio Tom Jones. Sus movimientos animales y esos pantalones ajustados cortaron la respiración a millones de mujeres de varias generaciones, y la verdad es que el artista conserva su físico casi tan bien como su voz.
“El fuego no se ha apagado en mí -ha declarado Jones-. Gracias a Dios mi voz es tan potente como siempre y mantengo el deseo de salir al escenario y de seguir grabando nuevo material”. Pues aleluya, hermano, porque discos como éste son de los que hacen que valga la pena seguir teniendo fe en que el mundo de la música puede alumbrar, de vez en cuando, álbumes notables.
¿Que por qué hablo hoy del disco si aún no ha salido a la venta? Pues en primero lugar, porque ya lo podéis escuchar aquí. Y también por la fecha, 20-N. ¿O es que hay alguien que aún no sepa que Tom Jones iba a casarse con la hija del Caudillo? Pues sí, mire usted, pero pensaron que si tenían un hijo, que por supuesto se llamaría como su abuelo, iba a quedar muy feo cuando lo llamase doña Carmen: ¡Paco Jones Franco, súbete pa'cá que ya están las cocletas! Pues eso.
Soltado el chiste, volvemos a la música. Para los nostálgicos, aquí dejo dos actuaciones del amigo Tom. En la primera podéis verlo enloqueciendo a un auditorio de entregadas féminas mientras canta y baila ‘Land of 1,000 Dances’. El segundo vídeo demuestra la que pueden armar dos talentos blancos con almas negras, Tom Jones y Janis Joplin, cuando comparten escenario. A disfrutar.
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