lunes, 10 de noviembre de 2008

En el último trago nos vamos...

Vamos hoy con un poco de música... o más bien talento para componerla. Quiero hoy dedicar un pequeño rincón de este blog a don José Alfredo Jiménez, uno de los grandes autores mexicanos y sin duda uno de los más influyentes y de mayor repercusión internacional de toda latinoamérica. Basta echar un vistazo a la cantidad de artistas que han grabado versiones de sus temas para comprobar el alcance de su obra.

Y es que lo de don José Alfredo era mucho más que pura tradición ranchera. Sus canciones son desesperadas crónicas de amores terribles, de esos que matan y por los que se muere. Los sentimientos plasmados en ellas son tan vivos y universales que resulta difícil no emocionarse al escucharlas.

Sus visiones de temas como el amor y el desamor, los celos, la amistad o las borracheras, han marcado a toda una generación de artistas posteriores, empezando por el patrio Joaquín Sabina, aunque tal vez nunca tuvo mejores intérpretes que Antonio Aguilar y Chavela Vargas.

Aunque algunas de sus melodías son geniales, hoy quiero quedarme con sus textos. José Alfredo Jiménez compuso cientos de canciones, y demasiadas son imprescindibles en su producción, así que me he decidido por seleccionar algunas estrofas que me resultan especialmente emotivas en su legado.

¡¡Ahí les van pues!!

No vale nada la vida
la vida no vale nada
comienza siempre llorando
y así llorando se acaba
por eso es que en este mundo
la vida no vale nada

Y te voy a enseñar a querer, y a querer, y a querer...
...porque tú no has querido.
Ya verás lo que vas a aprender
cuando vivas conmigo

Llegó borracho el borracho
pidiendo cinco tequilas
y le dijo el cantinero
se acabaron las bebidas
si quieres echarte un trago
vámonos a otra cantina.

Yo sentí que mi vida
se perdía en un abismo
profundo y negro
como mi suerte.
Quise hayar el olvido
al estilo Jalisco
pero aquellos mariachis
y aquel tequila
me hicieron llorar.

La quería más que a su vida
y la perdió para siempre;
por eso lleva una herida
por eso busca la muerte

Sonaron cuatro balazos
a las dos de la mañana.
Lo fui a matar en tus brazos,
sabía que allí lo encontraba.
No creas que alguien me lo dijo,
me dio la corazonada.

Te quise amar
y tu amor no era fuego
no era lumbre,
las distancias apartan las ciudades
las ciudades destruyen las costumbres.

Por tu amor que tanto quiero y tanto extraño
Que me sirvan otra copa y muchas más
Que me sirvan de una ves pa' todo el año
Que me pienso seriamente enborrachar.
Si te cuentan que me vieron muy borracho,
Orgullosamente diles que es por ti.
Porque yo tendré el valor de no negarlo
Gritaré que por tu amor me estoy matando
Y sabran que por tus besos

Que se me acabe la vida
frente a una copa de vino
Y que te diga el destino
que vas a vivir sin mí
Que se me cierren los ojos
que fueron tu gran cariño
Y que se sienta en tu pecho
de veras que ya me fui

Tómate esta botella conmigo
y en el último trago nos vamos...

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