miércoles, 14 de enero de 2009

"No en mi nombre, no en mi tierra..."

Hoy tengo un día ajetreado, pero las últimas noticias que acabo de leer me cabrean. Le echas un vistazo a cualquier medio de comunicación y el tema principal es el de un nuevo ataque con cohetes contra el norte de Israel. Alrededor de cincuenta muertos, lo que suma ya casi un millar, sin contar heridos, gente sin hogar y familias destrozadas.

La Asamblea General de la ONU ha convocado una reunión para mañana. Querrán discutir la nueva decoración de su sede central en Manhattan.

Se me ocurren muchas cosas que decir al respecto, pero nada brillante ni coherente, sólo reiterativo y tosco. Así que he decidido echar mano al archivo histórico de este blog. Hace algo más de un año, en una de sus primeras entradas, colgué una canción de Kris Kristofferson que quiero rescatar. Es una inquietante lectura de un informativo de televisión cualquiera, que invita a reflexionar sobre los horrores a los que asistimos cada día, a los que nos hemos acostumbrado tanto que ya vemos una indiferencia pasmosa.

La canción empieza por un terrible crimen anónimo e individual para pasar luego a hablar de una guerra; cualquiera. Hombre religioso, Kris incluso plantea lo que Dios debe pensar a la vista de la situación: "No en mi nombre, no en mi tierra..."

In the news (En las noticias)

Leí sobre la triste forma en que se deshizo de la hija de alguien / encadenándola a algo pesado y arrojándola al agua. / Y ella se hundió en la oscuridad con su bebé en su interior. / Un pequeño pedazo de verdad y belleza murieron.

Quemando la atmósfera y talando árboles. / El bombardeo del billón de dólares a una nación arrodillada. / A cualquiera que no marche según su melodía lo llaman traición. / Cada cual dice que Dios está de su lado.

Mira el resplandor. / Escucha los llantos / de los heridos en un mundo en guerra santa. / El trueno mortal desde los cielos / matando todo aquello por lo que dicen que están luchando.

Niños destrozados. / Hogares destruidos. / Gente con el corazón roto muriendo cada día. / ¿Cómo ocurrió esto? / ¿Qué fue mal? / No culpemos a Dios / Juro a Dios que Le oí decir:

“No en mi nombre. / No en mi tierra. / No quiero más que el fin de la guerra. / No más muertes / o esto se acaba / y el misterio ya no importará”.

Soñadores destrozados. / Reglas rotas. / Gente con el corazón roto como tú y yo. / Somos hijos de las estrellas. / No culpemos a Dios / Juro a Dios que Le oí decir:

“No en mi nombre. / No en mi tierra. / No quiero más que el fin de la guerra. / No más muertes / o esto se acaba / y el misterio ya no importará”.

3 comentarios:

Arwen Anne dijo...

si hay algo que no entiendo es el porque no podemos vivir en paz, cada uno con su vida, sin molestar a los demás... no lo entiendo, ojalá eso dejara de ser un sueño

besos

sempiterna dijo...

Un sueño y una utopía...

Javier Márquez Sánchez dijo...

Amen, hermanas...