martes, 13 de enero de 2009

Los colores del arte ("¡No a la guerra!")

Ahí estamos otra vez. “¡No a la guerra!” por las calles, y batalla abierta en bares y medios de comunicación sobre este movimiento ciudadano. Que si los de izquierda van... que si los de derecha vienen... Y los artistas, claro. ¡Qué sonrisa se le marca a más de uno cuando en algún reportaje o alguna foto de estas manifestaciones ve aparecer el rostro de Pilar Bardem, Ana Belén, Juan Diego, Echanove, Almodóbar y compañía! Como diciendo, “uy, aquí va a haber hule...” Porque ya sabe que será uno de los temas a comentar por los grandes visionarios de la derecha española, vidales, pedrojotas y losantos varios.


“¡Qué hacen ahí esos artistas!”, claman iracundas sus voces desde un lado del micrófono. “¡Cobrar de los de siempre y lucir cara bonita!”, responden del otro lado de la radio sus fieles cual letanía dominical. Entonces es cuando se pone uno en pie, al fondo del bar, al que todos creían en la parra, y puntualiza: “¡Los actores, a lo suyo. Y la política, para quien tiene que hacerla!” Lo más triste es que estas sentencias igual las lanza un señor de ochenta años que un mozalbete recién destetado, que para ensalada de ideas no hay edades.

¡Ya está bien de tanta chuminada, digo yo! A ésos que tanto protestan cada vez que el pueblo sale a la calle a dejar oír su voz, a ésos, les recomendaría que le pegasen una revisión al concepto de democracia, que es el gobierno de la gente, del pueblo, no de los políticos. ¿Lo vamos pillando? Los políticos son representantes del pueblo, y cuando hacen las cosas mal, o no las hacen, pues habrá que dar un zapatazo, un bocinazo y lo que haga falta para que atiendan a razones. Que eso de quedarse en el sofá, mano sobre mano, meneando la cabeza y diciendo: “¡Ay, señor, señor, ¡dónde vamos a llegar!”, no sirve de mucho. Así nos ha lucido el pelo tantas veces, ¿o no?

Y puestos a salir a la calle para exigir lo que haya que exigir, salimos todos -los que quieran, por supuesto-, y en esa batalla toda ayuda es bienvenida. ¿Y los artistas, no son “personas humanas”, como dijo el otro? Pues el mismo derecho que tú tienen a exigir a su gobierno lo que crean justo, digo yo ¿Qué pasa? ¿Que los de la tele se paran ante ellos y los de la prensa les tiran muchas fotos? ¡Y qué le vamos a hacer!

Y eso, me parece a mí, es lo menos que se despacha. Como ciudadanos, en el sentido más griego de este término, tenemos la obligación cívica de participar en la vida social y política, y hacerlo con toda nuestra capacidad. Así, si un señor, debido a su popularidad, puede llevar el grito de “¡No a la guerra!” a miles de personas, o un grupo de ellos pueden montar un concierto para que ese grito llegue a millones, ¡pues ole sus... narices! Es que eso es lo que hay que hacer.

Ya escribió Machado aquello de: “Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la Luna”. O lo que es lo mismo, que un artista, cuando la cosa está morada, debe mojarse el culo.

Esto, claro, es cuestión de opiniones. Yo, personalmente, soy partidario de que el arte, además de crear belleza, debe remover conciencias, aunque igual de respetable es el artista que se dedica a reflexionar sobre el delicado olor de las flores. Ahora bien, una cosa es eso y otra que un artista no tenga derecho a hacer oír su voz porque entonces lo sacan en la tele, e influye, y eso es política... ¡Ja!


¿Y qué son la Santa Trinidad, Losantos, Pedro J. y César Vidal? Son periodistas, o así se venden. Y un periodista informa, como un artista crea. Si ellos tienen carta blanca para, no ya opinar, sino pontificar diariamente, ¿por qué unos pobres cómicos no van a poder sostener una pancarta de vez en cuando? “Los artistas, que no se metan”. Mira tú, el listo. No se meta usted. Demasiada gente sigue habiendo en este país a la que le gustaría que la dirección de éste fuese, como antaño, cosa exclusiva de los dirigentes, y que los ciudadanos se dedicasen a ver, mirar y callar. Y mucho fútbol, juerga y jarana.

Tal vez el problema sea que, cada vez que hay que sacar pecho, para el tema que sea, resulta que todos los artistas que salen a la arena son de izquierdas. ¿Será que no hay artistas de derechas, que no tienen la enjundia suficiente o que no tienen nada de lo que quejarse? No sé qué respuesta preferiría yo…

Bueno, siempre hay una excepción que confirma la regla. El Partido Popular sí organizó una vez un gran concierto contra la violencia; una y no más, Santo Tomás. Y gracias a Dios, porque aquel evento dio pruebas de la tropelía que se puede llegar a cometer cuando no hay... En fin, dejémoslo así. Ocurrió hace una década, cuando asesinaron a Miguel Ángel Blanco. Para mostrar su rechazo a aquel acto salvaje de ETA, José María Aznar y los suyos montaron un cartel que no se le habría ocurrido ni al mismísimo Berlanga: Julio Iglesias, Los Centellas y su toro enamorado de la Luna, Los del Río y la Macarena... Y todos, además, en burdo playback. Con las prisas, a alguien se le debió pasar buscar el significado de lo que es respeto y buen gusto. Para cubrir cuota contrataron también a Jarcha y a Raimon. Que este último entonase una hermosa canción sobre el País Vasco, y además en catalán, fue demasiado para el auditorio, que acabó abucheándolo.


Tuvo que salir uno de los presentadores del evento, Pepe Sacristán, para dejar en ridículo al respetable. “¡Éste es un acto por la paz y la libertad!”, dijo, y todos aplaudieron y dieron vivas. Entonces, Sacristán, a quien también habían abucheado mientras recitaba un poema de Bertolt Brecht, se la envainó a toda aquella “gente de bien”: “¡No sé desde qué extraño sentido de la libertad se silba a alguien que habla en su propio idioma!”

Pues eso, que hay que dar libertad a todo aquél que tenga algo que decir. Y hay que decirlo, hay que patalear, exigir y llamar a las cosas por su nombre. Hay que tomar partido, sea uno artista, bombero o técnico antenista. Y si resulta que se escucha más el grito de “¡No a la guerra!” que el de, por ejemplo, “¡No a la educación por la ciudadanía!” (esa asignatura cuyo único fin es enseñar respeto, educación y demás valores cívicos que a algunos parece molestar tanto), entonces, decía, ¿qué le vamos a hacer? Paciencia, señores. Ya lo advirtió San Mateo: "bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados".

8 comentarios:

Arwen Anne dijo...

concmigo este tema es qeu puede, soy muy sensiblera que quieres que te diga, lo has dicho todo, no tengo palabras en este momento, pero si te digo, lucho por la vida, no se si con exito o no, pues a veces me siento como que no soy ni dueña de mi propia vida, supongo que todo empeiza en nuestro interior

es una entrada muy interesante y que me gusta, pero no te puedo dar una opinión concreta, lo siento.

besos y perdona

Javier Márquez Sánchez dijo...

No hay nada que sentir, amiga Arwen. Que te parezca interesante es ya una opinión, y además, que agradezco en lo que vale...

Teo Palacios dijo...

Pff, Javi...

Creo que esto es lo mejor que te he leído hasta la fecha. Bueno, tal vez junto a la carta a los reyes magos, aunque por motivos distintos. Aquello fue un alarde de sensibilidad. Esto lo es de valor, de principios, de moralidad y de educación ciudadana y constitucional.

Ole por ti. Que no te fichen para firmar columnas de opinión en los "grandes" de tirada nacional, es que no lo entiendo, vamos...

Javier Márquez Sánchez dijo...

Gracias, Teo, con amigos como tú, quié necesita abuelas... jeje.

No, en serio. Comentarios como el tuyo o el de Arwen hacen que valga la pena ese tiempo que uno dedica a reflexionar y a poner en palabras lo que pasa por la mente o el corazón... No alcanzan la maestría de tus disertaciones sobre el arte de publicar, pero intentaré acercarme, jejeje...

Anónimo dijo...

Amigo Javier: Opino como Teo. Es de lo mejor que te he leido.
Un 10 de nota y un abrazo.

J.M.Santos

Teo Palacios dijo...

Publicar no es más que el sueño de algunos. De lo que tú hablas hoy es de la realidad de muchos. Y además, ¿quién te ha dicho a tí que tus análisis estén por debajo de mis comentarios pro-literarios?

Aquí hay quienes son maestros y quienes somos aprendices. Tú eres de los primeros.

Anónimo dijo...

PIENSO COMO TU QUE LOS ARTISTAS ESTAN EN PLENO DERECHO DE HACER GALA DE SU VOLUNTAD AL IGUAL QUE LO HACEMOS TODOS LOS DEMAS GREMIOS.

Javier Márquez Sánchez dijo...

¡¡Hombre!! El amigo José María se ha animado a escribir un comentario... ¡No sabes qué alegría me das!

Bertoni, gracias y bienvenido