miércoles, 28 de enero de 2009

Ciudadanos, sí o sí

Por fin. Ya sé que una decisión del Tribunal Supremo no zanja el debate del todo, y siempre habrá resquicios, pero, grosso modo, la cosa ha quedado clara: no habrá objeción de conciencia que valga para la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

Claro que no, oiga, ¿pero es que estamos locos? De modo que mañana, si a un padre no le parece bien que su hijo aprenda que los franceses nos invadieron en 1808, se declara objetor de conciencia de Historia, y aquí paz y después gloria.

Tal y como van las cosas, no es que deba ser obligatoria Educación para la Ciudadanía, es que casi debía ser una asignatura de sobresaliente obligado. Estamos hablado de una asignatura donde no te enseñan a restar, ni a calcular fórmulas ni a poner correctamente las tildes y las matildes, sino a respetar al que está a tu lado, a tener conciencia de ser "ciudadano", de "animal político", que como ya no hay griego ni latín, y lo de la filosofía anda también en vías de extinción, no tenemos ya ni idea de lo que suponían esos conceptos.

En algunas películas, el tipo duro va y dice: "Jamás me fío de alguien que no bebe". Pues a mí me ocurre igual con este asunto, ¿cómo te vas a fiar de alguien que no quiere que su hijo se eduque para una vida en comunidad? Que no hablamos de gustos ni de opciones. Porque que alguien tire un papel en la calle, me insulte o no trate con respeto a cuantos y cuanto le rodea, no es ninguna opción, sino una condición fundamental de convivencia.

¿Qué pasa? ¿Que a lo mejor se habla de anticonceptivos? ¿Y qué? ¿Que eso va contra su religión? Bueno, insisto, ¿y qué? El conocimiento, que no implica la acción, no va en contra de ninguna creencia religiosa, todo lo contrario. El hecho de que un chico -o su familia, más bien- sea de una religión que prohíbe los anticonceptivos no implica que él no deba conocerlos. Porque nunca se sabe lo que puede pasar, porque el conocimiento es lo que da libertad al individuo, y porque los caminos del Señor son inescrutables, ¿o no? Pues eso.

Pero esto no acaba aquí, claro. Seguro que los iluminados mediáticos de costumbre arengarán a sus fieles para que salgan en manifestación contra la decisión del Supremo. Y cualquiera que venga de fuera y vea el espectáculo dirá: "¡Oh, my God, en esa asignatura deben enseñar cómo excluir a los de otra raza, repudiar a los de otra religión o insultar a la abuela después de robarle la pensión!". Pero no, oiga, no es así para nada. ¿Será que es eso lo que a muchos le gustaría, que se impartieran “principios” más afines a sus creencias particulares? Bueno, menos lo de la pensión, eso ya no.

Ocurra lo que ocurra, celebro la decisión del Supremo.

12 comentarios:

Teo Palacios dijo...

Amén

Nils dijo...

No podría estar más de acuerdo con lo que dices.

Anónimo dijo...

Partiendo de la base que estoy de acuerdo con tus comentarios, que me parecen acertados, sin embargo me parece duro el párrafo "como te vas a fiar de alguien que no quiere que su hijo se eduque para la vida en comunidad". Según por lo que yo he podido captar la discrepancia principal de todo esto, entre otras, es que a través de la asignatura se puede adoctrinar al niño.

Javier Márquez Sánchez dijo...

Y así es. ¿Pero de qué modo se puede adoctrinar a un niño a tenor de los contenidos de la asignatura? El gran problema viene por la cuestión religiosa. Hay cierto sector que acusa de que la asignatura "adoctrina" en una libertad de pensamiento que a ellos no les gusta lo más mínimo.

A este paso ocurrirá como en Estados Unidos, donde cada vez hay más ultrareligiosos que prefieren a educar a sus propios hijos en casa para que no se "contaminen" con ideas como las de Darwin.

Y es que, "con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho".

novecento dijo...

Evidentemente sabes escribir y ante un público afín es comprensible que salten en aplausos ante tu artículo políticamente correcto, me perdonaras que aun reconociendo tus cualidades como gran escritor, esta vez no me sume a la fiesta.

Sólo tenemos el fallo, cuidado con la redacción de la sentencia.

Cualquiera que tenga relación con el profesorado sabe que la asignatura se ha convertido en un recurso para el adoctrinamiento de los niños así dependiendo de la autonomía donde nos encontremos podremos estudiar

“hay de verdad una familia donde existe la unión de una pareja heterosexual o bien una relación de padres e hijos, que puede darse mediante un acto público religioso, civil o como pareja de hecho sin firmar ningún tipo de documento”

"la grandeza y la dignidad de la familias, Hoy, con cierta frecuencia, denominamos familia a cualquier relación o unión. No son una familia auténtica las parejas homosexuales”

“La familia es una institución social presente en casi todas las culturas. Las funciones de la familia son: la reproducción, garantizar la educación y desarrollo de los hijos e hijas, y satisfacer las necesidades afectivas, además de funcionar como unidad económica”.

“Los musulmanes creen que la homosexualidad no está bien vista por Dios; por consiguiente, los individuos deben ejercer un autocontrol y no actual según sus deseos cuando estos están en contradicción con las normas del Islam”

También podemos encontrarnos curiosos test con preguntas tales como:

)…no llevas preservativo y tu pareja saca uno y sugiere utilizarlo, ¿cómo crees que te lo tomarás?, ¿qué pensarás?

a)pensaré que se acuesta con todo el mundo y me negaré a continuar
b)pensaré que en otra ocasión yo también llevaré un preservativo.
c)pensaré que es un/a desvergonzado/a, pero aprovecharé la ocasión

Saludos.

Javier Márquez Sánchez dijo...

Bien, Novecento, esta vez te doy la razón. Ayer mismo debatía con una persona sobre un planteamiento como el que presentas: la asignatura se ha politizado y así baila la sardina según quien acerque la brasa.

Completamente de acuerdo. Pero eso no invalida la asignatura. Es un problema de aplicación, que es diferente.

Podríamos entrar en un largo debate, pero es es igual que la LOGSE. Ha sido un fracaso demostrado, y sin embargo es un sistema ejemplar sobre el papel. Yo tuve la suerte de ser uno de los primeros cursos de LOGSE, y precisamente por esa novedad, casi nadie estaba matriculado. Lo que ocurrió fue que el profesorado pudo trabajar mucho mejor, y se podían llevar a cabo planteamientos teóricos muy interesantes que es imposible constatar con clases de treinta alumnos.

Es el problema de siempre: buenas ideas sin medios para impartirlas.

novecento dijo...

Javier, ¿qué es para ti un ciudadano? Recuerda que la famosa asignatura se llama Educación para la Ciudadanía, hasta el nombre es problemático ¿los sin papeles son ciudadanos? Te advierto ya que para el Derecho español, no, entonces pues cuándo se le transmita esos valores sobre la ciudadanía ¿los excluimos?, le decimos a los niños que esos negros que venden pañuelos en los semáforos no son ciudadanos ¿qué hacemos? Según el Tribunal Supremo en lo poco que se conoce en la sentenci,a la asignatura debe impartirse de acuerdo con la Constitución.

Es imposible enseñar algo así pues la impregnación política de uno u otro bando es manifiesto hasta incluso el mismo nombre de la asignatura.

Javier Márquez Sánchez dijo...

No, insisto en que no hay problema:

"Mira chaval, el africano del semáforo no es un ciudadano de este país, de acuerdo con la ley, porque no tiene papeles. Pero tampoco es un ciudadano de su país, porque allí les resulta imposible sobrevivir. Así que necesitan más que nadie de la comprensión y la ayuda que se les pueda prestar, no con caridad, sino con participación en iniciativas sociales como ésta o aquella que se organizan en el instituto o en tal sitio. ¿Sabéis que los españoles hemos sido como ellos en varias ocasiones?..."

En fin, no sé, no lo veo tan complejo. El problema, como decía, es que la idea está bien pero mal ejecutada. Dar libertad de contenido a los profesores trae eso, igual que si cada cual impartise historia según sus propios apuntes; ¡como en la Universidad, vamos! Así que lo suyo es un libro de texto donde todo esté bien especificado.

No obstante, la cosa no se hará bien y seguirá el debate, está claro.

Anónimo dijo...

A LO MEJOR SERIA MAS CONVENIENTE CREAR LA ASIGNATURA DE (SENTIDO COMUN) QUE TANTA FALTA HACE POR TODAS LAS PARTES.

Anónimo dijo...

NO SOY ANONIMO SOY BERTONI

Javier Márquez Sánchez dijo...

Pues sí, completamente de acuerdo contigo, Bertoni.

sempiterna dijo...

Yo también pienso como tú, Bertoni. El sentido común sería la clave, lo mínimo que debería despacharse.