Menudo notición el que se dio el jueves y yo sin enterarme... ¡Simon & Garfunkel salen de gira una vez más! ¿Sería en esa cena de la puse una foto más abajo en la que hablaron del asunto...?
Paul Simon y Art Garfunkel una vez más. Carretera y manta. El dúo de folk estadounidense que nació a finales de los 50 y que causó furor en los 60 han decidido emprender una nueva gira, como ya hicieron en 2003. Sin embargo, en esta ocasión, no se sabe si Simon y Garfunkel, ambos de 68 años de edad, volverán a actuar en Europa como en 2003.
Parece que todo surgió después de que ambos unieran sus voces a mediados de febrero en la reapertura del legendario escenario neoyorquino Beacon Theatre. En realidad era un concierto de Paul Simon en solitario, aunque salpimentado con algunos invitados especiales, como el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, o Jon Bon Jovi. El gran momento, claro, llegó cuando Paul invitó a subir a su viejo amigo, Art Garfunkel, y juntos interpretaron tres de sus grandes éxitos: The sounds of silence, The boxer y Old friends.
Pocos días después, en una entrevista para la cadena británica BBC, Garfunkel confirmaba que a los dos amigos les había dado morriña y habían decidido embarcarse en una nueva gira juntos. Nada más se sabe al respecto. Ni siquiera si ese tour tendrá fechas en Europa.
La pareja de oro del folk ya se reunió en 2003 para recorrer el mundo en una gira histórica que culminó en Roma, el 31 de julio de 2004, en un concierto gratuito frente al Coliseo ante 600.000 personas. Dos de esas personas éramos Sempiterna y yo. Ni que decir tiene que la experiencia fue memorable. A la Sempi nunca le gustaron demasiado los chicos, tal vez, precisamente, porque a mí me encantaban. Pero creo que ella disfrutó casi tanto como yo.
La música de Simon & Garfunkel jugó un importante papel en mi vida. Los descubrí a esa singular edad de los 14-15 años, cuando uno es una esponja y la personalidad empieza a moldearse más allá del ambiente familiar. Mi padre me animó a ver una noche El graduado, y me encantó, claro. Y las canciones del dúo me fascinaron. Pocos meses después ya tenía todos los discos de Simon & Garfunkel (en vinilos, ya ha llovido) y sus respectivos libros biográficos y con la traducción de las letras.
Hasta el momento yo había sido un apasionado del cine, por encima de todo. No escuchaba otra música que no fueran bandas sonoras y apenas leía nada que no tuviera que ver con las películas o "derivados". Pero recuerdo la sensación que experimenté la noche que escuché por primera vez el último disco del dúo, el Bridge over troubled water, que irónicamente fue el priemro que compré. Me lo empapé de cabo a rabo dos veces seguidas, y me dije: "Aquí hay otro mundo, Billy Bob".
A partir de entonces todo fue cambiando. Aquellas canciones me llevaron a otras, que me llevaron a películas y libros a los que no me habría asomado de otro modo. Buscando sus piratas en directo -mucho antes del emule-, le encontré el gusto a eso de rebuscar en las tiendas de segunda mano, a observar los detalles en esta grabación frente a la de seis días atrás... En definitiva, el detallismo del coleccionista.
Separados oficialmente en 1970, tras alguna que otra tensa reunión, cuando yo empecé a escuchar a Simon & Garfunkel ya nadie veía posible una nueva gira del dúo. Era casi tan difícil como un nuevo disco de los Beatles. Así que tuve que conformarme con verlos por separado. En 1996, a Garfunkel en Málaga. Y en el año 2000, a Simon en París. Aquel fue un viaje de los que no se olvidan, que compartí con los creadores de la web The sound of Simon, con quienes poso en esta foto, más feliz que una perdiz, junto al propio paul Simon.
Y en eso, llegó la gran noticia. La pareja volvía a reunirse.
La Sempi y yo nos pasamos una semana en Roma disfrutando de la ciudad y preparándonos para el concierto. Sabíamos que habría gente, pero más de medio millón de personas bailando y brincando a lo largo de una amplia avenida rodeada de vestigios romanos... Oye, eso impresiona. El evento tuvo además un toque especial para nosotros, pues dos meses después salía a la venta mi primer libro: Paul Simon y Art Garfunkel. Negociaciones y canciones de amor. Si eso no es cerrar el círculo...
Os dejo aquí un montaje fotográfico que preparé aquel mismo verano, con imágenes de todo el viaje, cerrando con algunas instantáneas del concierto e incluso del ensayo de aquella misma mañana, al que asistimos de pura casualidad. El fondo musical corresponde también a aquel recital, "gallo" de Garfunkel incluido. Es la canción A hazy shade of winter, la preferida de Sempiterna.
Aquello fue, literalmente, un sueño hecho realidad. Aunque no hubiese sido ni la mitad de bueno de no haberlo compartido con ella.
Paul Simon y Art Garfunkel una vez más. Carretera y manta. El dúo de folk estadounidense que nació a finales de los 50 y que causó furor en los 60 han decidido emprender una nueva gira, como ya hicieron en 2003. Sin embargo, en esta ocasión, no se sabe si Simon y Garfunkel, ambos de 68 años de edad, volverán a actuar en Europa como en 2003.
Parece que todo surgió después de que ambos unieran sus voces a mediados de febrero en la reapertura del legendario escenario neoyorquino Beacon Theatre. En realidad era un concierto de Paul Simon en solitario, aunque salpimentado con algunos invitados especiales, como el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, o Jon Bon Jovi. El gran momento, claro, llegó cuando Paul invitó a subir a su viejo amigo, Art Garfunkel, y juntos interpretaron tres de sus grandes éxitos: The sounds of silence, The boxer y Old friends.
Pocos días después, en una entrevista para la cadena británica BBC, Garfunkel confirmaba que a los dos amigos les había dado morriña y habían decidido embarcarse en una nueva gira juntos. Nada más se sabe al respecto. Ni siquiera si ese tour tendrá fechas en Europa.
La pareja de oro del folk ya se reunió en 2003 para recorrer el mundo en una gira histórica que culminó en Roma, el 31 de julio de 2004, en un concierto gratuito frente al Coliseo ante 600.000 personas. Dos de esas personas éramos Sempiterna y yo. Ni que decir tiene que la experiencia fue memorable. A la Sempi nunca le gustaron demasiado los chicos, tal vez, precisamente, porque a mí me encantaban. Pero creo que ella disfrutó casi tanto como yo.
La música de Simon & Garfunkel jugó un importante papel en mi vida. Los descubrí a esa singular edad de los 14-15 años, cuando uno es una esponja y la personalidad empieza a moldearse más allá del ambiente familiar. Mi padre me animó a ver una noche El graduado, y me encantó, claro. Y las canciones del dúo me fascinaron. Pocos meses después ya tenía todos los discos de Simon & Garfunkel (en vinilos, ya ha llovido) y sus respectivos libros biográficos y con la traducción de las letras.
Hasta el momento yo había sido un apasionado del cine, por encima de todo. No escuchaba otra música que no fueran bandas sonoras y apenas leía nada que no tuviera que ver con las películas o "derivados". Pero recuerdo la sensación que experimenté la noche que escuché por primera vez el último disco del dúo, el Bridge over troubled water, que irónicamente fue el priemro que compré. Me lo empapé de cabo a rabo dos veces seguidas, y me dije: "Aquí hay otro mundo, Billy Bob".
A partir de entonces todo fue cambiando. Aquellas canciones me llevaron a otras, que me llevaron a películas y libros a los que no me habría asomado de otro modo. Buscando sus piratas en directo -mucho antes del emule-, le encontré el gusto a eso de rebuscar en las tiendas de segunda mano, a observar los detalles en esta grabación frente a la de seis días atrás... En definitiva, el detallismo del coleccionista.
Separados oficialmente en 1970, tras alguna que otra tensa reunión, cuando yo empecé a escuchar a Simon & Garfunkel ya nadie veía posible una nueva gira del dúo. Era casi tan difícil como un nuevo disco de los Beatles. Así que tuve que conformarme con verlos por separado. En 1996, a Garfunkel en Málaga. Y en el año 2000, a Simon en París. Aquel fue un viaje de los que no se olvidan, que compartí con los creadores de la web The sound of Simon, con quienes poso en esta foto, más feliz que una perdiz, junto al propio paul Simon.
Y en eso, llegó la gran noticia. La pareja volvía a reunirse.
La Sempi y yo nos pasamos una semana en Roma disfrutando de la ciudad y preparándonos para el concierto. Sabíamos que habría gente, pero más de medio millón de personas bailando y brincando a lo largo de una amplia avenida rodeada de vestigios romanos... Oye, eso impresiona. El evento tuvo además un toque especial para nosotros, pues dos meses después salía a la venta mi primer libro: Paul Simon y Art Garfunkel. Negociaciones y canciones de amor. Si eso no es cerrar el círculo...
Os dejo aquí un montaje fotográfico que preparé aquel mismo verano, con imágenes de todo el viaje, cerrando con algunas instantáneas del concierto e incluso del ensayo de aquella misma mañana, al que asistimos de pura casualidad. El fondo musical corresponde también a aquel recital, "gallo" de Garfunkel incluido. Es la canción A hazy shade of winter, la preferida de Sempiterna.
Aquello fue, literalmente, un sueño hecho realidad. Aunque no hubiese sido ni la mitad de bueno de no haberlo compartido con ella.
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