martes, 18 de diciembre de 2007

'La monja poseída'. El último alarido de la Hammer



Últimamente he tenido la oportunidad de ver ‘La monja poseída’, la última película de los estudios Hammer, rodada en 1976. En España no hay quien lo consiga, pero gracias a la eterna paciencia y consideración de mi mujer (paciencia, porque rebusqué en un sinfín de tiendas; consideración, porque me lo acabó regalando ella), en nuestro viaje de novios por esos mundos de Dios logré hacerme con una caja con más de una veintena de películas de este estudio británico, entre ellas, la susodicha. Ahí va un comentario sobre la misma:

En la década de los setenta, vampiros, hombres lobo y monstruos despedazados se habían hecho ya demasiado habituales en la gran pantalla como para que ya nadie se asustara con ellos. Ahora, el nuevo terror llegaba de manos del malvado supremo, el origen de todo mal, el propio diablo. Desde que Roman Polanski alcanzase el éxito internacional con ‘La semilla del diablo’, en 1968, las películas de terror con Lucifer como protagonista comenzaron a proliferar. En 1973 llegó la cinta clave en este terreno, ‘El Exorcista’, y tres años después haría acto de presencia el otro gran título del género “demoníaco”: ‘La profecía’.
A estas alturas del guión, Hammer Films, la productora que había dominado el terror en la gran pantalla desde 1957, se encontraba ya desfasada y con importantes problemas económicos. Las últimas y lamentables apariciones de sus dos grandes personajes, Drácula y el doctor Frankenstein, no habían logrado enganchar a la nueva generación de actores, así que tocaba renovarse. Los directivos del estudio apostaron por el escritor ocultista Dennis Wheatley, cuya novela ‘The Devil Rides Out‘ ya había servido de base a la Hammer para la excelente ‘La novia del diablo’, una década atrás, antes de que ningún gran estudio se plantease reclutar a Satanás para la gran pantalla.
La obra escogida fue ‘To the Devil... a Daughter’ (algo así como “Una hija para el Diablo’), y para darle cuerpo se escogió a dos protagonistas de reconocido talento, Christopher Lee y Richard Widmark, respaldados por efectivos secundarios. Peter Sykes se encargó de dirigir la cinta, estrenada en España en 1978 (dos años después de su estreno oficial) con el título de ‘La monja poseída’.
Aunque en su momento se le acusó de apuntarse al carro del éxito del ‘Exorcista’, la película tiene mucho más que ver con ‘La semilla del diablo’ o incluso ‘La profecía’. La película narra los esfuerzos de un escritor de novelas sobre ocultismo (Widmark) para salvar a una joven de las garras de una secta satánica. Ella (una joven Nastassja Kinski que regala un par de desnudos que en su día causaron furor) es una monja que ha sido violada por el líder de la secta (Lee) para engendrar en ella al mismo Diablo, por lo que el grupo la busca para poder controlar el terrible alumbramiento.
Es una pena que la dirección de la película no acabase en manos del genial Terence Fisher, como en principio se habló, pues sin duda, con aquella historia y ese plantel, hubiese resultado una película tan interesante como aquella ‘Novia del diablo’. Por el contrario, la película adolece de importantes problemas de ritmo y de guión. Con un final que promete pero no cuaja, a imagen del resto de la cinta. Personalmente disfruté con viéndola, pero es que uno es un fan de la Hammer y mitómano ante todo, y el hecho de estar ante la última cinta del estudio (después sólo quedarían un telefilme y varias series), no deja de tener su tétrico encanto. Por otro lado, los dos protagonistas están tan bien como de costumbre, y eso siempre ayuda a disfrutar con cualquier película, por floja que sea.

Ahí os dejo un trailer, e inglés, de la película.

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