viernes, 30 de noviembre de 2007

Polémico homenaje a Che Guevara (con camiseta)


Durante estas pasadas semanas ha desatado cierta polémica el concierto homenaje que el Ayuntamiento de Sevilla ha organizado oficialmente para recordar la figura de Che Guevara. Es indudable que la figura de este médico, político y guerrillero argentino-cubano, fallecido en 1967, despierta tantas simpatías como recelos. Así, mientras unos lo recuerdan y admiran por su lucha contra las injusticias sociales, su rebeldía y su espíritu incorruptible, otros proclaman su talante cruel y recuerdan sus “asesinatos en masa”.

El problema lo ha suscitado la oficialidad del homenaje. El Ayuntamiento ha aclarado que este homenaje, con motivo del cuarenta aniversario de la muerte de Ernesto Guevara, no costará un solo euro a los ciudadanos, y que el papel del consistorio es meramente de “autor intelectual”.

Personalmente creo que el dinero es lo de menos; lo de más es el personaje. Nada tengo en contra del Che —tampoco a favor, la verdad—, pero puestos a rendir tributo a un abanderado de la lucha social, ¿por qué no se le organiza un concierto a Martin Luther King? O si bien se quiere mantener vivo el espíritu de la rebeldía contra las grandes potencias en favor de los desheredados, ¿por qué no se recupera la figura de Ghandi? De hecho, para encontrar grandes hombres que hicieron suya la defensa de la libertad y la justicia de muchos, no hay que salir de España, ni siquiera de Andalucía; ahí está, por ejemplo, el cura “rojo” Diamantino García.

Pero ninguno de esos hombres, ni los héroes anónimos ni esos otros más conocidos, venden tantas camisetas, llaveros, mecheros, gorras y monederos. Porque, que nadie se lleve a engaño: convertir a Che Guevara en el revolucionario más famoso ha sido el acto más antirevolucionario. ¿O acaso sus camisetas se venden en las tiendas de comercio justo garantizando que no están hechas por niños asiáticos explotados por media gorda? Las que suelen verse por la calle, desde luego no. Así que ir con una camiseta con la silueta de marras, dando gritos en contra del capitalismo y la globalización... hombre, pues resulta en esencia bastante contradictorio.

Con esto, conste, no es mi intención desacreditar al personaje, sino advertir a aquellos a los que la fiebre revolucionaria les dura lo que se alargue el concierto de Marea, Albertucho y Zapata. Puestos a ser revolucionario, seámoslo de verdad y dejémonos de medias tintas. Claro que eso ya es algo más que un plan de noche de viernes, y a lo mejor a alguno le da la pereza.

Nota: Poco después de colgar esta entrada me topé con el cartel que la acompaña, obra del artista sevillano Rafael Iglesias, y publicado en la revista Cambio16. Me sorprendió que, con su siempre afinado aguijón, Rafa ofrecíá una visión sobre este asunto que coincidía bastante con la que yo había expuesto. Así que, ¿qué mejor imagen para ilustrar el texto?

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