Venía camino del trabajo dándole vueltas a posibles entradas para hoy, y la verdad es que no se me ocurre ninguna. Parece que estoy pasando ese bache en el que andaba, y ayer tuve una tarde bastante productiva con la novela. Así y todo, no me veía hoy muy original de cara a escribir sobre nada concreto.
Así que me he puesto a hacer mi repaso habitual a los blogs amigos, y me encuentro con una entrada en el sitio de Teo Palacios, Fantástica literatura, titulada El Hombre Sensible. En realidad, con Teo me ocurre como con cualquier edición inédita de Bukowski, con cualquier nueva película de Woody Allen o cualquier repesca de Bob Dylan; se llame como se llame, me lanzo a disfrutarlo.
Pero es que en esta ocasión, además, resulta que empiezo a leer y sale a relucir una de mis películas favoritas, El hombre tranquilo, de John Ford, protagonizada por un John Wayne homérico y una Maureen O'Hara que nunca estuvo más guapa y nunca se pareció más a Sempi; al menos, en mi memoria sentimental.
El caso es que leo y leo la entrada en cuestión, y llego a:
La cuestión es que, si John Wayne en aquella película era el hombre tranquilo, yo conocí, como digo, al hombre sensible. Claro, no sabía que él era ese hombre, y desde luego no me lo presentaron como tal, no me dijeron: “Teo, te presento al hombre sensible”.
No, lo que me dijeron fue: “Teo, te presento a Javier Márquez”.
En este punto es cuando los ojos se me iluminan como proyectores y la boca se me descuelga con expresión bobalicona.
Me agarro las manos y amordazo al corazón para no caer en el recurso fácil de ponerme a cantar las bondades de Teo como ser humano, su grandeza como amigo o su talento como escritor. En este momento sólo se me ocurre darle las gracias por su cariño y amistad, y animaros a todos a que le echéis un vistazo al texto en cuestión.
Aunque, no os dejéis engañar; ése del que habla no creo que sea yo...
7 comentarios:
El Sr. Palacios lo ha bordado describiéndote :) Así que no seas modesto Búffalo ...
Maestro, usted sí que sabe de la vida...
Yo creo que sí eres tú. Lo he releido pero no porque no lo creyese, sino porque es muy bonito lo que dice. Y no es mentira, pero bueno, eso ya lo he dicho en su blog. No quiero repetirme. Los dos sois buenos hombres, sensibles y tranquilos. Y escribís muy bien. Genial por la parte que me toca haber conocido a Teo y que entrase en nuestras vidas. Y Mari. Besos.
Ya te dije hace tiempo que tenía pensado el título para la entrada en la que hablaría de ti... me alegro de que además coincidiera con una de tus películas favoritas. Desconocía que fuera así.
Es un lujo saber que cuento con tu amistad, Javi. También con la de mi Sempi, que está de capa caída... Y Mr. X es una tarea pendiente que hay que abordar, que hemos coincidido un par de veces, pero en medio de asuntos varios, y las amistades se cimentan cuando no hay nada por medio que pueda estorbar.
Y gracias por comparar mi rinconcito con obras como las de Bukowski, Woody y Dylan. Sabiendo la gran opinión que tienes de ellos que me coloques a su altura me sonroja, literalmente.
Un abrazo. De los fuertes.
Ya verás, Teo, Mr. X es otro gran tipo a descubrir. A mí me ha devuelto la ilusión perdida años atrás por muchas cosas, por ejemplo, mi pasión por el cine, pero la auténtica.
El lujo es compartido, Teo. Y será un verdadero placer y un orgullo dar buena cuenta de tu inminente éxito editorial en este blog...
Otro abrazo para ti, con palmadas contundentes incluidas.
Resulta curioso la de veces que he escuchado el nombre de Javier Márquez hasta que por fin nos conocimos en persona. Cómo pasaste tan rápidamente a ser Javi a secas, a cocinar fajitas y a ser un pilarcito de apoyo más en momentos delicados. Y aquí estamos, con ganas de meternos en siete aventuras literarias a falta de decidir si vamos directamente a la página 14 o a la 32. :)
PD: No me dijiste nada del bolso. ¿Lo devuelvo, o no lo devuelvo?
Pues me alegro de que te gusten mis fajitas y de que pueda servir de pilar de apoyo (Christopher Lambert sirve de armario en cualquier película y yo de pilar...jeje).
El bolso quédatelo, que si hace falta, te lo regalo yo ;-)
Un beso, preciosa
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