Título: Allanadores
Autor: David Morrell
Editorial: La Factoría de Ideas
Páginas: 320
Un profesor de Universidad y tres de sus antiguos alumnos se dedican a investigar edificios abandonados; son allanadores. Su lema es mirar, fotografiar y no alterar nada. Buscan el recuerdo de la gente que vivió allí, su recuerdo presente. En su nueva incursión, en un viejo hotel de Nueva Jersey, les acompaña uno más, un reportero que quiere preparar un artículo sobre sus actividades. Pero esta aventura no será como las demás. El edificio en cuestión pronto se revelará más vivo de lo que imaginaban. Con habitaciones cerradas a conciencia, informes sobre crímenes que se han cometido en ellas, y un mal lejano que les persigue y que acabará revelando secretos que el profesor esperaba no tener que desvelar.
El autor de Allanadores es David Morrell, responsable de El acorralado. Que nadie se llame a engaños: por muy bestias que hayan resultado las sucesivas aventuras de John Rambo en la pantalla, aquella novela que le dio origen no estaba nada mal. Analizaba con bastante acierto la disparidad entre cómo trató la sociedad estadounidense a los veteranos vencedores de una guerra y a los que volvían derrotados de Vietnam. Pero, aunque recomiende sin prejuicio alguno ese libro, no es el caso que aquí abordamos.
Decía que se trata del mismo autor. Allanadores, lejos de aquel El acorralado, no aborda conflicto social alguno, sino que ofrece un divertimento puro y sin más (ni menos) pretensiones. Una historia de intriga y suspense escrita con corrección. Remitiéndome a la otra obra leída de Morrell, debo reconocer que su estilo ha evolucionado hasta resultar demasiado comercial, es decir, marca de la casa indudable de cualquier best seller: mucho diálogo, descripciones justas, capítulos cortos, cerrar cada uno con una pequeña tensión... y a correr.
El libro recibió en 2006 el premio Bram Stoker, y aunque el texto no es para tirar cohetes, sí que es cierto que toda la primera parte se lee con bastante amenidad. El autor logra crear una excelente ambientación, llegando a producir cierta claustrofobia en el lector en determinados pasajes y empujándolo hacia la ansiedad en otros. Sin embargo, conforme avanza la trama y comienzan a vislumbrarse las claves de la historia, la cosa se desinfla.
Un libro más para pasar un buen rato y, tal vez, sentir un inquietante cosquilleo a la espalda si se lee en el silencio y quietud de la noche.
El autor de Allanadores es David Morrell, responsable de El acorralado. Que nadie se llame a engaños: por muy bestias que hayan resultado las sucesivas aventuras de John Rambo en la pantalla, aquella novela que le dio origen no estaba nada mal. Analizaba con bastante acierto la disparidad entre cómo trató la sociedad estadounidense a los veteranos vencedores de una guerra y a los que volvían derrotados de Vietnam. Pero, aunque recomiende sin prejuicio alguno ese libro, no es el caso que aquí abordamos.
Decía que se trata del mismo autor. Allanadores, lejos de aquel El acorralado, no aborda conflicto social alguno, sino que ofrece un divertimento puro y sin más (ni menos) pretensiones. Una historia de intriga y suspense escrita con corrección. Remitiéndome a la otra obra leída de Morrell, debo reconocer que su estilo ha evolucionado hasta resultar demasiado comercial, es decir, marca de la casa indudable de cualquier best seller: mucho diálogo, descripciones justas, capítulos cortos, cerrar cada uno con una pequeña tensión... y a correr.
El libro recibió en 2006 el premio Bram Stoker, y aunque el texto no es para tirar cohetes, sí que es cierto que toda la primera parte se lee con bastante amenidad. El autor logra crear una excelente ambientación, llegando a producir cierta claustrofobia en el lector en determinados pasajes y empujándolo hacia la ansiedad en otros. Sin embargo, conforme avanza la trama y comienzan a vislumbrarse las claves de la historia, la cosa se desinfla.
Un libro más para pasar un buen rato y, tal vez, sentir un inquietante cosquilleo a la espalda si se lee en el silencio y quietud de la noche.
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