miércoles, 8 de julio de 2009

Un mirlo blanco, y va el destino y lo mata

James Taylor en España. ¿Que qué eso? Además de ser un señor ya mayorcete, cantautor sensible donde los haya, algo así como un Serrat con idiosincrasia neoyorquina, pues además, decía, es un mirlo blanco. Porque una gira de Taylor por la piel de toro era algo tan poco probable como ver de pronto por aquí al abuelo Willie (Nelson), al tío Kris (Kristofferson) o a Mr. Paul (Simon).

Pero a veces, el destino es un hijo de mala madre, y cuando digo esto quiero decir que se las gasta con una mala idea que es para patearlo.

Creo que la última vez que Taylor estuvo en España -y la primera- fue en 1992. Ya ha llovido, ¿verdad? Pues resulta que tiene que volver justamente diecisiete años después haciendo coincidir su concierto en Madrid con el de Springsteen en Sevilla. Que si lo de Taylor es como ver un mirlo blanco, lo del Boss actuando en este patio es ya como avistar una bandada completa. Pues, ¡puñeta!, van y coinciden. El maldito Murphy y su dichosa tostada.

Total, que las otras dos fechas de la gira son en Valencia (el sábado 25 de julio) y en Girona (domingo 2 de agosto). ¿Qué hacer ante tan notorio despropósito? Pues ya me estoy planteando un easy rider -carretera y manta musical- a Valencia para echar ese fin de semana. Después de todo, ¿qué son seis horitas y pico escuchando buena música?

¿Que si merece la pena? Chico (o chica, perdón, que luego vienen los escándalos en prensa), eso es cosa de cual. ¿Merecen la pena la mitad de las locuras y paparruchadas que acabamos haciendo en la vida? Pues digo yo que sí, porque si no las hiciéramos, ¿en qué nos entreteníamos? ¿Viendo las motos el domingo a mediodía? ¡Amos, anda!

Y quien no sepa quién es el señor Taylor, que se anime a descubrirlo. Únicamente, eso sí, si eres de los que te gusta saber qué te cuenta una canción. Es una pena que en España sea tan poco conocido, si bien en Estados Unidos es la auténtica personificación del cantautor. O más específicamente, del cantautor sentimental (que no sentimentaloide).

Taylor se convirtió gran gurú de esa segunda generación de cantautores que desembarcó en los setenta tras el auge del folk y el folk-rock de los sesenta y que, pasada ya la urgencia de la canción-protesta -como se llamaba en España-, apostó por cantar a los sentimientos, a las personas y a las relaciones entre ellas. Su voz de barítono es inconfundible, casi tanto como su ajustado pero brillante toque de guitarra.

En 2009 precisamente celebra Taylor sus cuarenta años en el escenario, pues fue a comienzos de 1969 cuando salió a la venta su primer álbum (en Inglaterra salió en diciembre del 68), titulado con su propio nombre, como tantos otros debuts de esta generación. Ya este disco marcó lo que habría de ser la carrera de Taylor: popular, discreta y algo accidentada. Se había marchado a Londres para intentar alejarse del ambiente de drogas en el que estaba inmerso, y grabó el disco en el sello de los Beatles, Apple. Feliz y contento, volvió a su país sin haber logrado desengancharse y poco después de tomar tierra tuvo un accidente de moto en el que se rompió ambas manos. ¿Consecuencia? Al garete la promoción de su primer disco. A eso se le llama empezar con mal pie.

Pero cuando hay talento, la cosa no es tan difícil, y un año después, su segundo trabajo, Sweet Baby James, conseguía meter en el Top 5 una canción, Fire and Rain, con el que su nombre comenzó a sonar un poco más. ¿Que cómo terminó de asentar su popularidad? Pues para eso están los amigos. Como Taylor andaba medio depre entre su enganche a las drogas y su irregular carrera, su amiga, la también cantautora Calore King, le canturreó You've got a friend, uno de los temas -temazos- que iba a meter en su segundo disco, el imprescindible Tapestry. Pero a Taylor le gustó tanto que King le propuso algo: Taylor podía grabarlo y sacarlo antes que ella. Así que la versión de Jimmy fue un pelotazo mientras que la de Carole quedó como "una versión", cuando, evidentemente, era al contrario. Pero en fin, como decía, para eso están los amigos.

¿Qué haré finalmente con este asunto? Ya veremos, habrá que meditarlo detenidamente. Por el momento, si a alguien le interesa James Taylor o quiere ir a Valencia, donde dicen que el agua es muy sana y buena, que levante la mano.


Fire and Rain

Ayer por la mañana
me dijeron que te habías ido,
Susanne tenía planes
para terminar contigo,
paseé esta mañana
y anoté esta canción,
apenas puedo recordar
a quién enviársela.

He visto fuego y he visto lluvia,
he visto días soleados
que pensé que nunca terminarían,
he visto épocas solitarias
cuando no podía encontrar un amigo,
pero siempre pensé que te vería de nuevo.

¿Me mirarás con desprecio, Jesús?
Tienes que ayudarme a resistir,
tienes que verme continuar otro día,
me duele el cuerpo y mi tiempo está cerca,
y no lo haré de ninguna otra manera.

He visto fuego y he visto lluvia,
he visto días soleados
que pensé que nunca terminarían,
he visto épocas solitarias
cuando no podía encontrar un amigo,
pero siempre pensé que te vería de nuevo.

He estado recapacitando sobre cómo
retornar hacia el sol,
el Señor sabe cuándo soplan los vientos fríos,
ellos harán dar vueltas a tu cabeza.
Bien, se pasan horas y horas en el teléfono
para hablar de cosas que sucederán,
sueños dulces y máquinas voladoras
en pedazos sobre la tierra.

He visto fuego y he visto lluvia,
he visto días soleados
que pensé que nunca terminarían,
he visto épocas solitarias
cuando no podía encontrar un amigo,
pero siempre pensé que te vería, cariño,
una vez más de nuevo, ahora.

Pensé que te vería una más vez de nuevo,
hay algunas cosas
que vienen a mi encuentro esta vez, ahora,
pensé que te vería, pensé que te vería,
fuego y lluvia, ahora...

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